En ese revival continuo en el que vivimos, el vermut ha estado a punto de quedarse descolgado. Y no es que exijamos que esta bebida sea como Raffaela Carrá, que no hay recordatorio de los 80 o de los 90 sin ella; pero sí que se merece, al menos, estar entre esas 10 primeras cosas del pasado a reivindicar. Y con una ventaja: se le puede devolver al presente con facilidad.

© Getty Images
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Esta bebida –vermú, vermut o vermotuh, como quieras llamarlo- es en realidad vino blanco macerado en hierbas (ajenjo) y otras sustancias amargas. Algo sencillito de preparar que en España ha sido para los bares, tascas, tabernas y cantinas desde hace décadas lo mismo que las aceitunas: algo obligatorio. Nuestros abuelos lo bebían, y nuestros padres, también. Nosotros lo hemos catado, pero muchos sin esa pasión que han levantado otros como el gin tonic, los vinos o las cervezas.

Por fin le ha tocado el turno de alzarse sobre ellos. Nosotros te diríamos que te lo tomes cuando quieras, pero a lo mejor eres de los que prefiere mojarse los labios de lunes a sábado y el domingo, solecito de mediodía de por medio, desmelenarte. Hazlo con un vermut o con varios en alguno de los lugares que mejor lo preparan en nuestra geografía…

A ver... ¡si es que hasta en 'Mad Men' bebían vermouth!
A ver… ¡si es que hasta en ‘Mad Men’ bebían vermouth!

Bodega La Ardosa (Madrid)
Con permiso del resto de bares de España, este local, añejo hasta decir basta tanto por estética como por años que lleva abierto, es el templo del vermut en Madrid. Situado en la calle de Colón, 13, está en Malasaña, y por aquí pasa cualquier guiri que quiera saber de qué va esto del Madrid castizo.

Fachada de la Bodega de la Ardosa, en Madrid.
Fachada de la Bodega de la Ardosa, en Madrid.

Habitualmente está lleno, pero con suerte puedes sentarte alrededor de cualquiera de sus grandes toneles, vasitos de vermut de grifo de por medio y -condición obligada- un pincho de esas maravillosas tortillas con cebolla que preparan aquí, seguramente de las más ricas de la ciudad porque una tortilla sin cebolla no es tortilla ni es nada.También puedes pedir morcilla, que sabe a gloria; foie, anchoas… Y no te pierdas el espectáculo de las paredes repletas hasta el techo de botellas de todas las marcas y de todas las épocas.

Ojito, porque este es de esos locales en los que el tiempo pasa sin darte cuenta vaso tras vaso. Pero es domingo y casi verano, así que…

Tarannà (Barcelona)
El barrio de Sant Antoni, en Barcelona, está tomando un impulso que se agradece en grado sumo: en estas calles se están reformando algunos locales y se están abriendo otros que quieren recoger a guiris, sí, pero sobre todo a gente de la ciudad y de otros lugares de España que quieran huir de precios prohibitivos y de tanta chancla y bermudas. En él se sitúa este local (Viladomat, 23) que está para cuando quieras, incluso cuando todo está cerrado o no tienes mucha idea de a dónde dirigirte. Y eso en la Ciudad Condal se agradece infinito.

El vermut es de la casa y en su terracita, al aire libre, sabe todavía mejor. En cualquier caso, aquí se puede acompañar de otras muchas opciones, por ejemplo con meriendas o cenas cuidadosamente elaboradas, unos dulces muy atractivos y unas conservas perfectas para combinar, de primera calidad.

© Facebook Tarannà Bar
© Facebook Tarannà Bar

Makinavaja Bar (Barcelona)
Queremos destacar este local (Carretes, 51, Barcelona) por su originalidad: todos los sábados –sí, en este caso, nos desdecimos del domingo- a partir de las dos de la tarde, el vermut de la casa comienza a regar al personal, que le baja los efectos con un buen surtido de tapas variadas y, lo más importante, con un espectáculo de rock & roll, escenario montado y grupos en directo incluidos.

Este bar, por cierto, es un homenaje al gran caricaturista Ivá, creador de Makinavaja. Puedes consultar los próximos eventos en su página de Facebook.

De Rodríguez & Salas (Madrid)
Sus creadores y dueños, Ismael Rodríguez y Emilio Salas, califican su local como “la combinación de lo castizo y lo contemporáneo, de la cocina de siempre y la creativa… y de los vermuts y de las tapas”. De los primeros se encarga Ismael como bartender y, de los segundos, Emilio como chef.

Entre los vermuts los hay procedentes de España, claro, pero también de Italia y de Francia. ¿Y con qué acompañarlos? Con croquetas de chipirones con alioli de pera, lomito de dorada a la bilbaína, solomillo de ternera gallega y pistacho sobre pan de focaccia… Si quieres venir con bici o con perro, sin problema: ambos se admiten. Para rematar, puedes asistir a alguna exposición artística en su interior o a sesiones de DJ’s en directo.

Publicidad del vermouth de Martini en 1953. © Getty Images
Publicidad del vermouth de Martini en 1953. © Getty Images

Casa Vizcaíno (Sevilla)
En la calle Feria, 47 se ubica un local mítico de la ciudad del Guadalquivir. Su vermut es a granel, a garrafa y a sifón y sus parroquianos vermuteros se llevan divinamente con los cerveceros, e incluso ambos adjetivos se pueden aplicar a muchos de ellos. Por no hablar del aguardiente, la solera, la manzanilla o el vino, tinto o blanco.

Por dentro, teniendo en cuenta que se abrió en 1929 y desde 1934 se dedica al taberneo, es un buen viaje en el tiempo.

Casa Montaña (Valencia)
Cualquiera que viva en esta ciudad, y mucho más en las cercanías de la calle de José Benlliure, 69 (más corto: mítico barrio de El Cabanyal) conoce este local. Lo abrieron nada menos que en 1836, y se ha convertido en un referente gastronómico de toda la provincia. Por fuera es precioso (modernista) y por dentro, un autentico museo. El vermut brilla por su presencia, así como sus vinos y sus cervezas.

Aquí se come de fábula, pero si prefieres tan solo tomarte algo, insistimos: el vermut es de los más ricos de toda la ciudad.

© Casa Montaña
© Casa Montaña

La Paloma (Oviedo)
Si no encuentras la calle de la Indepencia número 3 de esta ciudad, pregunta directamente por La Paloma, que todos sabrán indicarte cómo llegar. Ten en cuenta que se trata de un local que brilla por muchas cosas, pero sobre todo por su famoso Vermouth Solera 1900 que acompañad, como indican en su propia web, a sus “famosas gambas a la gabardina”. Y este sí que es de domingo: antes de comer se pone hasta los topes.

Sinceramente: si vas por un fin de semana, no te vayas sin venir por aquí y, si te es imposible hacerlo el domingo, vete a cenar allí el sábado. Quizá sea un pelín caro, pero merece la pena.

Bodegas Casas (Madrid)
A este local hay que querer ir, especialmente por su ubicación. Ojo, no es que esté lejos del centro, sino en un lugar habitualmente poco frecuentado por los turistas: avenida Ciudad de Barcelona, 57. Aunque, si eres de Madrid, seguramente esto sea una ventaja, y ya sabes que desde la estación de Atocha puedes llegar andando tranquilamente. Esto sí que es un bar de toda la vida (se fundó en 1923), regentado por la tercera generación de los Casas. Su vermut es de grifo, acompañado de su tapita gratis correspondiente. También puedes optar por raciones, que están de escándalo. Y es otro local en el que puedes mirar las paredes con fascinación: botellas y botellas de vermut las adornan.

La Vermutería (varias ciudades)
Esta es una fiesta que viene y que va. Sus creadores son Roberto y Paula, mano a mano con la revista online de gastronomía PlateSelector. Son unos auténticos amantes del vermut y un día decidieron realizar fiestas en forma de pop-ups alrededor de esta bebida. Si consultas su web y su Facebook, descubrirás dónde y cuándo se organiza la próxima. Además, lo hacen en compañía de determinados locales especializados en la bebida y, en estos casos, lo dan todo: nuevos sabores, nuevas texturas, experimentación…

Si eres un vermutómano, conviértete en vermutólogo gracias a ellos.

© Facebook 'La Vermutería'.
© Facebook ‘La Vermutería’.

El Museu del Vermut (Reus)
Se trata del museo dedicado a esta bebida más grande del mundo y, como tal, esconde en su interior una vermutería magnífica. Vayamos por partes: el museo está situado en un precioso edificio modernista en esta ciudad tarraconense. Recoge más de 5.000 artículos relacionados con esta bebida y se puede visitar de manera gratuita.

Segundo: el restaurante, de dos plantas, con cocina mediterránea y una carta de vermuts con más de 30 referencias. Añádele vinos, cavas, licores y cervezas de presión… y a disfrutar.

© El museu del vermut
© El museu del vermut