En Bali aún existen rincones que parecen ajenos al paso del tiempo. Lugares donde la naturaleza se mantiene intacta, las tradiciones siguen vivas y el lujo se entiende como un arte silencioso. En uno de estos escenarios excepcionales, nos adentramos en un refugio que redefine la exclusividad: Amankila, verdadera burbuja atemporal de la isla de los Dioses. Te abrimos las puertas del santuario más exclusivo de la auténtica Bali.

El Este de Bali: donde la isla revela su alma más auténtica

En el extremo más oriental de Bali, donde la isla parece detener su ritmo y recuperar la esencia de sus orígenes, se extiende la región de Karangasem. Aquí, la majestuosidad del sagrado Monte Agung vigila las tierras fértiles y los pueblos que preservan con devoción las tradiciones balinesas. Entre palmerales infinitos, templos silenciosos y aldeas como Tenganan, donde todavía se elabora el rarísimo tejido double ikat, el tiempo transcurre de otra manera. Más lento, más profundo. Más auténtico.

Amankila, el santuario más exclusivo de la auténtica Bali

En este rincón de la isla aún preservado del bullicio, la naturaleza despliega un espectáculo sereno. Montañas que se funden con el océano Índico, playas de arena negra que emergen al pie de los acantilados y palacios de agua que evocan el pasado real de la región. Es el antiguo Bali, el de las historias ancestrales, los rituales sagrados y la hospitalidad más genuina. Es aquí, en este escenario de pura poesía, donde descubrimos Amankila.

Un santuario escondido en el acantilado

Elevado sobre la ladera y con la mirada puesta en el estrecho de Lombok, Amankila se integra con una naturalidad pasmosa en el paisaje. El hotel forma parte de la prestigiosa colección Aman, reconocida en todo el mundo por crear santuarios de lujo que no buscan la ostentación, sino la conexión íntima con el entorno. Aquí, el lujo no se exhibe: se siente. Se siente en el espacio que respira, en el silencio que envuelve cada paso, en la arquitectura que abraza la luz natural de Bali y la hace suya.

Amankila, el santuario más exclusivo de la auténtica Bali

Desde el primer instante, la llegada marca la diferencia. El trayecto desde el aeropuerto, incluido para los huéspedes, se convierte ya en una introducción a esta otra Bali: la de las escenas rurales, las casas tradicionales, los arrozales y las palmeras que se mecen al compás del viento. Al llegar, dos niñas vestidas con trajes balineses tradicionales nos reciben con una sonrisa, portando ofrendas florales que honran la bienvenida. No es un simple gesto de cortesía, sino un ritual que inaugura la experiencia sensorial que está por venir.

Diseño y arquitectura: la belleza está en cada detalle

La arquitectura de Amankila respira autenticidad balinesa en cada línea, en cada material. Los techos de alang-alang, la madera tallada, los interiores de coco pulido y nácar… Todo dialoga con el paisaje, creando una continuidad natural entre los espacios interiores y la exuberancia del exterior.

Amankila, el santuario más exclusivo de la auténtica Bali

Los colores están escogidos con una maestría absoluta: una paleta cálida y neutra que cambia con la luz del día, desde los dorados del amanecer hasta los reflejos cobrizos del atardecer. Los caminos elevados que conectan las villas entre frangipanis y buganvillas contribuyen a esa sensación de estar flotando entre el cielo y el mar.

Amankila, el santuario más exclusivo de la auténtica Bali

Los detalles son, sencillamente, sublimes. Cada vez que nos acomodamos en una tumbona, encontramos la toalla perfectamente dispuesta, un spray refrescante para el rostro, crema solar y una toallita perfumada que acaricia la piel. El personal conoce nuestro nombre, nos sonríe con amabilidad genuina y anticipa cualquier deseo antes de que lo expresemos.

Incluso la inmersión cultural se ofrece de manera sutil y elegante: cada noche, en la cama, nos aguarda un regalo distinto acompañado de un cuento balinés. Bedtime stories que relatan las leyendas de dioses como Ganesha o nos acercan a filosofías locales, manteniendo viva la conexión con la esencia espiritual de la isla.

Villas privadas: intimidad y atemporalidad absoluta

Las suites de Amankila se conciben como refugios de privacidad extrema. La que nos acoge durante la estancia, la Ocean Suite, parece suspendida sobre el océano. La terraza privada, con su daybed, invita a dejarse llevar por la brisa marina y el murmullo de las olas.

En el interior, la calma continúa. Los materiales nobles, el mobiliario de inspiración balinesa y la amplitud de los espacios crean una atmósfera de casa privada más que de hotel. El baño, de gran tamaño, está diseñado para rituales de relajación sin prisas: una bañera profunda de terrazzo invita a largos baños contemplativos, mientras la luz natural se filtra creando juegos de sombras sobre las paredes.

Amankila, el santuario más exclusivo de la auténtica Bali

Aquí, la privacidad alcanza su máxima expresión. Incluso las instalaciones deportivas —como el pabellón de yoga o el gimnasio— se reservan de forma privada para cada huésped, asegurando una experiencia totalmente personalizada. Todo está pensado para que sintamos que este santuario es, por unos días, nuestra propia casa en Bali.

La piscina más cinematográfica de Bali

Pocos escenarios hay tan icónicos como la piscina de tres niveles de Amankila. Suspendida sobre la ladera, sus terrazas de agua parecen fundirse con el horizonte del océano. Las sombrillas se recortan contra el cielo, proyectando sombras delicadas sobre el agua, mientras los reflejos del sol dibujan destellos hipnóticos en la superficie.

Amankila, el santuario más exclusivo de la auténtica Bali

Desde aquí, descendemos hasta el Beach Club siguiendo senderos que descienden entre la vegetación exuberante. La piscina de 41 metros nos espera a un paso de la playa de arena negra, flanqueada por balés privados que ofrecen un rincón de sombra y tranquilidad. Es un lugar que invita a perder la noción del tiempo, a entregarse al ritmo pausado de la naturaleza balinesa.

Gastronomía de altura: un viaje de sabores

En Amankila, la gastronomía se convierte en otro de los grandes pilares de la experiencia.

Amankila, el santuario más exclusivo de la auténtica Bali

En Arva, el restaurante italiano del hotel, se celebra la tradición farm-to-table con un enfoque creativo. Ingredientes locales de primera calidad se transforman en platos italianos memorables: burrata fresca servida con tomates heirloom de Bali, pasta hecha a mano, pescado local como el pescado del día, cocinado con hierbas del jardín del resort, o postres de temporada como tiramisú de coco o pannacotta con frutas tropicales. Las cenas aquí, junto a la piscina de tres niveles, adquieren un aire casi cinematográfico, con la brisa marina como banda sonora.

Amankila, el santuario más exclusivo de la auténtica Bali

Por su parte, en The Restaurant, la experiencia nos sumerge en la riqueza de la cocina indonesia. Durante la cena, disfrutamos del exquisito Pepes Ikan, un pescado local envuelto en hoja de plátano y cocido al vapor con una mezcla de especias que despierta todos los sentidos. También degustamos la Lawar, una ensalada balinesa que combina verduras frescas, coco rallado y hierbas aromáticas, ofreciendo una explosión de sabores autóctonos.

Amankila, el santuario más exclusivo de la auténtica Bali

Los desayunos en este mismo espacio son otro momento culminante: zumos recién exprimidos, frutas tropicales, panes caseros y una selección de platos calientes elaborados con precisión. Una experiencia completa, siempre bañada por la luz suave de la mañana.

Experiencias para explorar la esencia de Bali

Más allá del descanso absoluto, Amankila invita a descubrir el alma de la región con propuestas que celebran la autenticidad de Bali. Las excursiones culturales nos conducen hasta aldeas como Tenganan, donde los artesanos preservan técnicas ancestrales de tejido, o al Palacio del Agua de Tirtagangga, un remanso de paz que nos transporta a la época de los reyes balineses.

Amankila, el santuario más exclusivo de la auténtica Bali

Las experiencias acuáticas no se quedan atrás: desde el Beach Club, es posible explorar las aguas tranquilas con kayak o stand-up paddle, o aventurarse en una excursión de snorkel a bordo de una tradicional embarcación jukung, disfrutando del amanecer en alta mar seguido de un desayuno en cubierta.

Amankila, el santuario más exclusivo de la auténtica Bali

Y para quienes buscan intimidad absoluta, los picnics privados en la playa se convierten en momentos memorables: mesas elegantemente dispuestas sobre la arena negra, con el sonido del océano como única compañía.

La burbuja atemporal de Aman

Amankila no es un hotel que se visita: es un refugio que se vive. Un santuario que encapsula el lujo más puro y atemporal, donde cada detalle —por pequeño que sea— está pensado para ofrecer una experiencia de absoluta desconexión. En este rincón privilegiado de Bali, el tiempo parece detenerse. La luz, el silencio, la arquitectura impecable y la hospitalidad invisible pero constante nos envuelven en una burbuja de serenidad que trasciende cualquier expectativa.

Como todos los santuarios de la colección Aman, Amankila es un homenaje a la excelencia sin artificios, al lujo que no necesita ser anunciado. Aquí, en la costa este de Bali, descubrimos que el verdadero lujo no está en lo que se muestra, sino en lo que se siente.