Moda
Pierpaolo Piccioli reivindica su lugar como el rey de la Alta Costura y devela una colección que tiene un particular sentimiento romántico hacia la cultura oriental.
Pierpaolo Piccioli sigue realizando el sueño de muchas y el suyo. Sin disminuir a las demás maisons que presentan en el marco de la semana de la Alta Costura, Valentino comprende todos los lineamientos tradicionales y ha inyectado uno que otro detalle novedoso a sus últimas colecciones Haute Couture. AW19 no ha sido la excepción.
Colores ultra vibrantes son quizá lo que elevan los majestuosos diseños ya característicos de Piccioli. Pero en esta ocasión, el creativo italiano bajó la intensidad del volumen en uno que otro look y regresó a las nítidas siluetas que creaba junto a Maria Grazia Chiuri. Los meticulosos bordados sellan la ejecución, pues después de todo hablamos de Alta Costura.
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En motivos alusivos al arte oriental, Pierpaolo reivindicó su sentimiento hacia dicha cultura. Cascos remitentes a un Samurai real, cortes limpios y jacquards extraordinarios formularon una oda exquisita. Los plisados con cierta referencia a la técnica origami y manipulación de tela, constituyeron el detalle sublime.
No solo es la parte frontal lo que hace a esta colección tan exquisita. Por detrás, cada diseño develaba una cierta fantasía a través de escotes que dejaban la espalda al descubierto. Con esa delicadeza, la sensualidad cobró vida.
Esta ocasión, las palmas no solo se las llevó el italiano por su magnífico trabajo de concebir la colección; sino que las mismas costureras que están detrás de la magia, fueron partícipes del last bow. Y con justa razón.