Moda

El cierre de New York Fashion Week con Marc Jacobs tuvo un final inesperado. El diseñador demuestra lo que bien sabe hacer.
Marc Jacobs es el encargado de cerrar la semana de la moda en Nueva York. Es una tradición. En esta colección Jacobs visitó sus inicios: el grunge. El cuarto look que caminó la pasarela, un vestido floreado con un abrigo gris era un flashback a sus tiempos como diseñador de en Perry Ellis.
Para la temporada otoño/invierno 2019 Jacobs exploró siluetas de la década de los 80s. Específicamente las de Claude Montana e Yves Saint Laurent. Y como resultado nos dio vestidos oversized con capas de crinolinas, faldas en corte A y abrigos que sin duda ayudan a cualquiera ante un frío como el de Nueva York.
Si algo le gusta a Marc Jacobs es crear beauty looks tan complejos como las prendas y en esta ocasión le pidió a Stephen Jones que diseñara sombreros con plumas para agregar un poco de altura a las modelos.
El estilismo del pelo estuvo a cargo de Guido Palau quien jugó con los sombreros de Jones en un look estilizado, sencillo y lleno de teatralidad. Justo como el propio Jacobs.
Lo mejor del desfile fue el juego de nostalgia al ver en pasarela a Guinevere Van Seenus y Christy Turlington, dos de las modelos que durante los 90s no solo caminaban los desfiles de Jacobs sino que eran las reinas de Fashion Week.
El último look, Turlington en un vestido de plumas color vino fue el cierre perfecto de un desfile que nos hizo recordar el talento del bad boy de los 80s.