Demna Gvasalia viaja al futuro dentro de un cable y presenta una colección para Balenciaga con prendas nuevas, finalmente. Adiós chunky sneakers y Crocs.

Inmersos en lo que imagina Demna Gvasalia como el interior de un cable de computadora; así fue la escenografía para Balenciaga primavera-verano 2019 —el artista detrás de la magnífica obra es Jon Rafman—. La experiencia, porque hoy en día no hay presentación sin una, era sumergir a los asistentes en una realidad extraordinaria y totalmente virtual. Ahí, los 76 looks que conformaron la colección brillaron como una especie de creación paralela.

Una grata sorpresa la que nos dio Gvasalia esta temporada. Adiós a la monotonía con la que que nos tenía acostumbrados —nuevos modelos de pumps fueron presentados y nada tienen que ver con las knife boots o sus emblemáticos mules—. Despídete de los Crocs y los ugly sneakers que tampoco aparecieron. Parece que Demna cambió su concepto de elegancia de una temporada a otra, literalmente, e hizo lo inimaginable (en sus estándares, claro está).

Por si necesitas otra razón más para amar esta temporada de Balenciaga, el creativo nos hace viajar al futuro —a su futuro—. Prendas tan sencillas como sartoriales con hombros voluminosos y el teñidas en las tonalidades favoritas de Gvasalia. Invariablemente los estampados y el logo de la firma estuvieron presentes en accesorios y uno que otro diseño. Y, finalmente, la gran escultura que hace de París, París; la Torre Eiffel. Simulada en siluetas y sobrepuesta con pequeños estrás sobre un vestido en terciopelo negro o un traje XXL.

Quizá amemos más al Demna futurista que al Demna retro. Y aunque su línea está marcada con tal precisión, el tono de esta temporada encantó —no le quitamos el mérito al georgiano, pero el trabajo de Rafman hizo la diferencia absoluta—. Ah, y no olvidemos que ahora la fuente Comic Sans será la referencia al Balenciaga del futuro.

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