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Con Cindy la Regia, Mesa de Regalos y ahora Consuelo, Cassandra Sánchez Navarro se ha convertido en un fenómeno de taquilla. Pero detrás de los números, su cine encierra una batalla más profunda: abrir conversaciones sobre el placer, el empoderamiento y la voz de las mujeres en MéxicO.
En la última década, pocas actrices mexicanas han logrado lo que Cassandra Sánchez Navarro: convertir cada uno de sus proyectos en un éxito masivo de taquilla y, al mismo tiempo, en un punto de partida para conversaciones sociales urgentes. Cindy la Regia marcó un antes y un después en la comedia nacional, Mesa de Regalos se consolidó como un fenómeno de masas y ahora Consuelo regresa en su segunda temporada para desafiar los tabúes de la sexualidad femenina en la pantalla.
Para Cassandra, este camino es tan apasionante como surreal.
“Yo hago mi trabajo y me apasiona profundamente. Nunca pienso en taquilla, entonces para mí todo esto es muy surreal y ha sido un gran regalo”, confiesa.
Consuelo: cárcel, libertad y conversación
La nueva temporada de Consuelo la encuentra retomando la historia desde un punto de tensión máxima. “Spoiler alert: la primera temporada termina con Consuelo entrando a la cárcel”, nos confiesa. La segunda parte arranca con su personaje enfrentando de nuevo a su marido, quien regresa para tomar control del negocio, reflejando una historia conocida: mujeres que quedan relegadas cuando los hombres irrumpen en sus proyectos.
Para Cassandra, el valor de este proyecto no es solo narrativo, sino social: “Lo que más disfruto de Consuelo y de regresar a tocar esta historia es abrir la conversación sobre la sexualidad, sobre lo lejos que hemos llegado como país y como género”.
La serie está ambientada en los años 50, cuando las mujeres apenas habían conseguido el derecho al voto en México. En medio de figuras como María Félix y Dolores del Río, que encarnaban un poder femenino adelantado a su tiempo, Consuelo revela las contradicciones de una sociedad que aún cargaba con profundos tabúes.
“Me doy cuenta de cómo gracias a los derechos que hoy podemos compartir, se puede usar plataforma para levantar nuestra voz y hablar de algo tan hermoso como la sexualidad. Es gracias a todas las mujeres y hombres que caminaron antes y abrieron paso a esto. Todavía nos falta mucho por recorrer, pero estoy muy agradecida con eso”, reflexiona.
Una herencia de mujeres fuertes
En su propia familia, Cassandra encontró ejemplos de mujeres que rompieron moldes. “Mi tatarabuela fue una de las primeras mujeres en México en divorciarse. Y luego mi abuela, Fela Fábregas se quedó a cargo de los teatros cuando mi abuelo murió joven. Todos los hombres le querían quitar lo que era suyo. Lo difícil que fue para ella la hizo convertirse en esta mujer tan fuerte, tan imponente.”
Ese legado la conecta con sus personajes y con la convicción de que cada papel que interpreta es también un acto político. Desde la cárcel de Consuelo hasta la irreverencia de Cindy, pasando por la comedia romántica de Mesa de Regalos, todas sus historias esconden una fuerza que habla de mujeres tomando control de su destino.
Cassandra reafirma lo que para ella significa dar vida a Consuelo: derribar prejuicios y poner sobre la mesa temas que aún incomodan. “Ya he escuchado muchas historias de mujeres que se han liberado, que se han llegado a conocer y es hermoso”, celebra.
Cindy, Mesa de Regalos y el fenómeno taquillero
El éxito de Cassandra no es un caso aislado: forma parte de un nuevo momento del cine mexicano que ha logrado conectar con millones de espectadores. Cindy la Regia es considerada una de las películas más taquilleras de la década, y Mesa de Regalos también se convirtió en un imán de público.
“Es un poco surreal. Nunca lo imaginé antes de cada proyecto. Hice mi trabajo con amor y de pronto me encuentro con fenómenos en taquilla”, dice. Incluso, añade con humor: “He escuchado de escuelas que analizan el tema de Cindy la Regia como fórmula. Pero aún así es imposible tratar de repetirlo. Cada producción es algo muy especial, porque pasa por muchas manos: de la escritora a la actriz, del director a la edición, y hasta la distribución. ¡Imagínate! Cindy se estrenó al mismo tiempo que Avengers 17. Que todo saliera así fue un milagro”.

El poder del feel good
Aunque sus personajes no siempre se parezcan entre sí, Cassandra los conecta con una esencia común. “No sé si serían amigas, pero sí creo que todos estos personajes han tomado algo de mí que es muy feel good. Me encantan las películas feel good. Yo crecí en los noventa. Para mí ese tipo de comedia de Robin Williams que te hace llorar pero también reír es mi soft spot. Si puedo mantenerme ahí, te lo juro que no tendré problema en que me encasillen, porque es un género hermoso.”
Para ella, la comedia ligera no es superficial. “Parece un género soft, pero en el fondo trae un mensaje muy fuerte. Es algo muy bonito que se ha logrado.”
Aunque su presente parece de ensueño, Cassandra no olvida el camino recorrido. “Hice 39 mil castings”, recuerda con ironía. “He tomado todos mis proyectos, buenos o malos, grandes o pequeños, con la misma pasión y la misma seriedad. Quizá ese es el éxito: que nunca sueltes, que no dejes que una mala película o un mal casting te detenga. Yo sigo haciendo castings. Sigo buscando y luchando.”
Ese esfuerzo constante le permite valorar el momento con ligereza. “Todo esto lo tomo con humor porque sé que puede cambiar en un instante. Así que lo estoy disfrutando ahorita.”
Lo que viene
El futuro para Cassandra está lleno de proyectos. “Ahorita estoy trabajando en Señoras Mal, el spin-off de Niñas Mal. También viene Mireyes contra Godínez en Cindy’s, que es el regreso de Cindy la Regia a la pantalla grande. Espero que les guste mucho y que hagamos una Cindy 2. Además, grabamos Amarte en Guadalajara, que se estrenará el próximo año, y otra película en Colombia. Estoy feliz, con mucha chamba y muy agradecida.”
Con su mezcla de éxito comercial y personajes que abren puertas a conversaciones necesarias, Cassandra Sánchez Navarro se ha convertido en una de las voces más influyentes del cine nacional. Actriz taquillera, heredera de una tradición artística y defensora de la libertad femenina, representa una nueva forma de estrellato: una que no solo llena salas, sino que también confronta tabúes.
En sus palabras, el secreto está en nunca dejar de avanzar: “Nunca dejes que una mala experiencia te frene. Porque al final, todo puede cambiar en un instante.”
Y mientras el público llena las salas para verla, Cassandra ya escribe el próximo capítulo de su historia. Una historia que, como sus películas, mezcla risa, reflexión y una fuerza que trasciende la pantalla.

Créditos:
Fotografía: Sam Taka Taka
Make up: Juan Peralta
Stylist: Jessica Marmolejo
Locación: Hotel Mondrian