Eran ya casi las 6 de la tarde cuando por tercera vez pedían que la gente se sentara. Llegar a la marina de Miami fue toda una odisea que incluyó un viaje en lancha de al menos 20 minutos. Asistió más gente de lo convocado, la razón era simple: todos querían rendir homenaje a Virgil Abloh.

Con abrazos entrañables llenos de tristeza y dolor, sus amigos y admiradores iban sentándose en los lugares que se asignaron más de una vez, ya que los asientos tuvieron que ajustarse a las inesperadas circunstancias. Ricky Martin, Maluma, Rihanna, Kanye West y Kim Kardashian entre tantos otros, no quisieron faltar a la cita. El sol se fue ocultando para dar paso a las luces que iluminaron los looks en la pasarela. No cabía ni un alfiler y fueron las palabras de Michael Burke, CEO de Vuitton, las que rompieron el silencio para despedir a Virgil, quien dejó claro que el show debía continuar.

Es impresionante el legado creativo que deja Virgil Abloh. No solamente era el Director Artístico para la línea masculina de Louis Vuitton, tenía su propia marca Off White, apasionado del diseño, tanto de ropa como de muebles, de la música-era dj- un creador en todo sentido, cuya visión emocionó y transformó la manera de ver la moda. No solamente sabía lo que la gente quería comprar, sino lo que las marcas buscaban en un diseñador.

Hoy pensaba estar aquí, en Miami, presentando su colección para hombre SS2022, “pinchando” discos en la fiesta… Pocos sabían que tenía cáncer y que este se cobraría su vida el domingo pasado a sus 41 años; sin embargo muchos hablan de que no solamente tenía un gran talento, también era una extraordinaria persona. El desfile tuvo lugar en el Miami Marine Stadium, un lugar donde los botes regularmente se disputan a toda velocidad quién será el mejor, pero que en esta ocasión se convirtió en una gran pasarela sobre el agua. El perfecto homenaje, con el mar y el sol como escenario, donde desfiló la colección Primavera-Verano 2022: sin inflables, sin Virgil. Pero él así lo hubiera querido.

Era un optimista que eterno quien creía que todo era posible. Después del desfile, fuegos artificiales iluminaron la marina, pero un globo gigante era el objetivo del gigante Virgil, quien miraba justo hacia el horizonte, al cielo. Un impactante show de drones trazó en el cielo el icónico damier y la flor del monogram de la masion, así como un “Virgil was here”. Entre el asombro de los invitados Eryckah Badu cerró la noche.

*Imágenes: Toni Salamanca desde Miami