Estimadas celebs, queridas lectoras y fraudulentas medias color carne. Me dirijo a vosotras desde la estupefacción en un intento desesperado de parar uno de los mayores males que azotan a la sociedad. ¿Acaso hablo de Donald Trump? ¿Quizás intente frenar el auge de los tronistas? NO. Esta sentida carta, a modo de un Change.org de andar por casa, tiene como objetivo borrar del mundo las medias color carne.

Porque Clara Lago se presentó la semana pasada en una fiesta en Madrid con ellas. Porque Ariana Grande y Nicki Minaj se han presentado en los American Music Awards presumiendo de sendos modelos nude. Y porque por encima de todo, hay una estilista que ha dado el ok a semejante aberración estética. Y eso es lo que me preocupa: que estamos normalizando su uso y pronto todas terminaremos por llevar estas medias con la tranquilidad con la que de repente hemos asumido que las chanclas piscineras de Adidas son cool.

Ariana Grande y Nicki Minaj, presumiendo de medias esta semana en los American Music Awards. © Cordon Press
Ariana Grande y Nicki Minaj, presumiendo de medias esta semana en los American Music Awards. © Cordon Press

Le debemos a la señorita Kate Middleton su improvisado renacer. No frunzáis el ceño: firmas como TightsPlease tuvieron el año pasado un incremento del 90% en las ventas del modelo de medias llamadas Kate Middleton Style. Por si fuera poco, Miley Cyrus se convirtió hace un par de años en su embajadora con la campaña de Golden Lady.

Quizás el secreto para conseguir su aniquilación sea tan sencillo como asumir que hace frío, que no vivimos en Miami y que por encima de todo, no nos favorecen. Ese trasnochado brillo no hará que nuestras piernas parezcan salidas de un desfile de Victoria’s Secret: todo el mundo sabe que llevamos medias color carne, y todos se preguntan la razón por la que no hemos optado por un modelo negro opaco. ¡O por un pantalón! Por no hablar del terrible efecto hiperbólico que el dichoso flash de las cámaras tiene sobre nuestras piernas. La caricia del flash sobre estas medias hace que nuestros muslos parezcan columnas dóricas tornasoladas.

Por si no tuviéramos bastante, Miley Cyrus se convirtió en su embajadora...
Por si no tuviéramos bastante, Miley Cyrus se convirtió en su embajadora…

Sabemos que quedan muchos meses para mayo, pero no tenemos ni idea de cuándo será el juicio final de la moda, ese que nos condenará irremediablemente cuando en sus archivos aparezca nuestro nombre ligado al uso de estas medias.

Porque un roto en una media negra puede quedar punk, pero una carrera en un modelo color carne será nuestra peor pesadilla. Pareceremos un dálmata abandonado por los cánones estéticos y nuestra blanquecina piel (asumámoslo: nuestras vacaciones en Ibiza quedaron muy atrás) se convertirá en la protagonista de la velada.

Ese trasnochado brillo no hará que nuestras piernas parezcan salidas de un desfile de Victoria’s Secret.

Para saber si puedes llevar medias color carne, responde a una sencilla pregunta: ¿Eres Beyoncé? Si la respuesta es negativa, estas medias no están hechas para ti. De hecho, tampoco le sientan bien a ella, pero Queen Bee tiene que contonearse por los escenarios embutida en diminutos bodys sin permitir que un centímetro de su perfecta piel se mueva. ¿Cuál es tu excusa? ¿Que hace frío y quieres seguir presumiendo de muslamen? Pues lo mejor es que te compres un billete que te dirija a alguna zona de clima tropical y dejes de llevar tan antiestética arma del diablo por las calles.

Solo Beyoncé tiene permiso de la PM (Policía de la Moda) para lucirlas. © Cordon Press
Solo Beyoncé tiene permiso de la PM (Policía de la Moda) para lucirlas. © Cordon Press

Estimadas medias color carne, ahora me dirijo a vosotras: voy a terminar con vuestro sorprendente reinado. Le voy a explicar a Ariana Grande que con sus 23 años y su talla cero se puede permitir bailar sin vosotras. Le voy a rogar a Britney Spears que se ponga unas Woldford oscuritas. Voy a robar a las británicas su termostato corporal para que todas podamos aguantar temperaturas bajo cero sin vuestra presencia. Y voy a rogaros a todas vosotras, desde Grazia, que terminemos con esta oda al mal gusto.

Atentamente, una leo desesperada que ya ha asumido que los jeans son sus mejores compañeros hasta que los termómetros permitan que la piel vuelva a florecer.