Sí, ya ha pasado un año desde que el tiburón de Katy Perry dio la vuelta al mundo. El próximo domingo, las ocurrencias de Coldplay coparán titulares: ¿qué harán con Beyoncé sobre el escenario? ¿Cuánta audiencia seguirá sus andanzas sobre el escenario en el intermedio más caro de la historia? Y lo que es mejor: ¿con qué anuncios presupuestados en (muchos) mi-llo-nes de dólares compartirán el medio tiempo del partido? ¿Saldrá Beckham en calzoncillos?

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Beyoncé ya se está preparando para volver a dejar al estadio sin habla.

Y es que, aunque en esa final de la NFL se enfrenten los Panther y los Broncos, a este lado del charco nos interesa mucho más lo que pase en ese intermedio que consigue reunir a más audiencia (a nivel mundial) que ningún otro espacio televisivo. Hasta 1993, la nota musical la ponían orquestas y bandas de institutos americanos (sí, como en tu fiesta de fin de curso allá por 2004) pero, como era de esperar, el mundo no tenía mucho interés en ver aquello desde sus casas (más allá de la abuela del batería y de la tía segunda del cantante, claro). Total, que tuvieron que ponerse en serio y buscar la forma de que el evento fuera el epicentro del mundo un día al año. Y lo consiguieron: Michael Jackson fue el primero en actuar y consiguió aumentar la audiencia en un 8,6%.

B O O M.

Desde entonces, la pelea por estar en ese escenario es digna de atención y cada año tratan de superarse con la elección de un nombre que haga bailar al mundo. ¿Un añadido? Ninguno de los artistas que hacen las delicias del descanso cobra por su actuación. El simple hecho de estar ahí, de que les vean hasta en la Conchinchina, les merece la pena…

Estos son los shows que ha tenido la Super Bowl (que, por cierto, celebra su edición número 50) y la nada desdeñable cifra de espectadores que ha conseguido cada uno de ellos.

Infografías de Stylight.com.

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