Los villancicos empezaron a sonar en el súper de tu barrio el 30 de agosto, pero no ha sido hasta esta semana cuando has caído en que el drama es inminente. A pesar de que los anuncios de turrones, relojes y perfumes se empeñan en mostrar la Navidad como un periodo de paz y amor, la imagen suele distar mucho de ser ideal.

Desde el 15 de diciembre y hasta el 7 de enero, tu calendario echa humo. Esto es España, lo que significa que la gymkana navideña estará llena de comidas, cenas, copas y recopas y nunca habrá suficientes omeprazoles. Cuando el cochinillo haya temrinado contigo, tu estómago (y tu ánimo) pedirán a gritos coger un vuelo extrarrápido a una isla desierta alejada de todo aquello que tenga que ver con abetos, regalos, ciervos y Reyes Magos.

Pero no sufras, que en Grazia tenemos la receta mágica para sobrevivir (al menos hasta las Navidades del año que viene…).

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