Son solo un par de palabras. Una frase dicha en menos de cinco segundos. Pero algo tan insignificante tiene la increíble habilidad de revolverte el estómago, despertar tu ira y hacerte dudar sobre la inteligencia de la persona que te lo acaba de decir.

Y si los “topicazos” son un mal a combatir, ya no hablemos de la necesidad de exterminar aquellos que tienen un marcado carácter sexista, puesto que perpetúan estereotipos y clichés rancios e insultantes.

Es por ello que aquí en Grazia hemos reunido a una nutrida colección de féminas y tras varias mesas redondas, conversaciones cerveceras y grupos de Whatsapp especialmente creados para la causa, hemos recopilado una lista de aquellas expresiones –dichas por hombres y/o mujeres, tanto da- que desterraríamos de por vida del ideario colectivo.

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“Solo os gustan los tíos que os hacen sufrir, nunca elegís a los chicos buenos.”

Error. Elegimos a los chicos que en ese momento nos gustan. ¿Que al final uno o unos cuantos nos sale rana? Pues mala suerte, qué le vamos a hacer. Pero eso no significa que lo hagamos porque somos un poquito masocas y no sepamos apreciar lo maravilloso de los nice guys. Además, tú concepto de “buen tío” que puede que con esto te estés refiriendo a ti puede no ser todo lo genial que tú crees. Y por el mero hecho de que trates bien a una chica, no significa que ella ya te deba una oportunidad. Porque si solo tratas bien a las tías cuando quieres algo más con nosotras, ¿eres un “buen tío” a tiempo parcial? ¿Eso quiere decir que nos estás mintiendo? Vaya, si resulta que te pareces bastante al “tío cabrón”. No nos interesa… Y, por si aún no te ha quedado claro, te dejamos un estupendo cómic para que recalibres tus ideas sobre los nice guys y la maldita friend zone

"Estoy cansada. Asqueda y cansada de todo esto."
«Estoy cansada. Asqueda y cansada de todo esto.»

“Uy, qué mal humor, te hace falta un buen p***o.”

En realidad lo que me hace falta es que te apartes de mi camino y no vuelvas hasta que no aprendas a dejar de decir sandeces.

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“Una chica no debería decir tacos, no es nada femenino.”

No tenemos ni idea de qué concepto tienes de “femenino” tampoco nos interesa demasiado, pero lo que sí tenemos muy claro es que maldecir, despotricar e insultar es malsonante y liberador a partes iguales. Cuanto más gordo es el taco, más relajante es su efecto. Y no vamos a rechazar un ansiolítico natural por el mero hecho de su falta de elegancia. Hombres y mujeres, uníos en el exabrupto.

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“¿Feminista? ¿Eso es que odias a los hombres?”

Sí. Y a todos, sin filtro. ¿Mi padre? Le odio. ¿Mi hermano? Le odio. ¿Mi novio? Le odio. Es más, como feminista que soy, voy a llamar a mis compañeras de batalla y vamos a hacer una pira en el centro de la Puerta del Sol para ir quemando uno a uno a todos los hombres que conozcamos, hasta su exterminio.  Nos lo tomamos a risa, pero en realidad es terrorífico que se haya conseguido pervertir el significado de un movimiento que lo único a lo que aspira –como si fuera poco- es a la igualdad de derechos entre hombres y mujeres. Punto. No le des más vueltas. Conciénciate, y deja de seguirle el juego a personas descerebradas que escudan su ignorancia y falta de progreso tras palabros como “feminazi”.

"Y eso es como... las reglas del feminismo".
«Y eso es como… las reglas del feminismo».

“¿Qué pasa, estás con la regla?”

Pues mira, a lo mejor sí. Y puede ser que no esté en mi mejor momento emocional por culpa del cóctel de hormonas que ahora mismo recorre mi cuerpo serrano. Pero, ante todo, gracias por mostrar tanta sensibilidad y comprensión ante un proceso natural a todas luces confortable y que en ningún momento me hace soñar con arrancarme los ovarios sin anestesia.

"Las palabras duelen, ¿sabes?"
«Las palabras duelen, ¿sabes?»

“El fútbol no es para chicas.”

Es un comentario que llevas escuchando toda la vida, desde que de pequeña jugabas con tus amiguitos al balón, pero siempre había alguien intentando aguarte la fiesta diciéndote que “este no es un deporte para chicas, te puedes hacer daño”. El fútbol sí es un deporte para chicas. Cualquier deporte es para chicas. Puede que haya mujeres a las que no les interese, pero hay otras a las que les apasiona, y de la misma manera se pueden pirrar por las motos, el baloncesto o la lucha libre. Sobre gustos no hay nada escrito, así que deja de hacerte el sorprendido cuanto una tía te pida que no le vuelvas a explicar lo que es el fuera de juego y te recite la alineación de la Selección Española.

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“Como sigas sin pareja se te pasará el arroz, y digo yo que querrás casarte.”

Pues me casaré si encuentro a una persona con la que sienta que puedo dar ese paso. Si no, pues nada, porque una boda no es mi mayor meta en esta vida, y espero que tampoco lo sea de ninguna mujer. Y mira, siendo soltera también soy capaz de llevar a cabo mis funciones vitales. Así que a lo mejor no es imprescindible que tenga pareja por mucho que todos los demás se empeñen. No puede ser muy sano que te sientas incompleta si no tienes un churri a tu lado.

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“Cuando decís que no, es que sí.”

Cuando decimos que no es que NO.

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“Qué habrá hecho para llegar tan alto…”

Pues lo único que puede hacer una mujer: acostarse con todo jefazo que se ha cruzado en su ascenso al estrellato. La inteligencia, la perseverancia, el trabajar duro… son cosa de hombres, como todos sabemos.

"Puede que sea una zorra".
«Puede que sea una zorra».

“¿No quieres hijos? Eso es ahora… ya despertará tu reloj biológico.”

Te voy a contar un secreto: no todas las mujeres quieren tener hijos. Unas cambian de opinión con el paso del tiempo, y otras se mantienen firmes porque saben de sobra lo que quieren y, en este caso, lo que no. No es ningún drama no dejar descendencia. Lo que sí es un drama es la turra que se da a las mujeres con el tema.

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“Pero si solo es un piropo.”

Un piropo dicho por un desconocido al que no le he pedido su opinión sobre mí, que solo es capaz de decirme si voy sola –o con otras amigas, pero jamás cuando voy acompañada de un hombre-, que puede ir acompañado de una “persecución” durante varios minutos, que muchas veces es una grosería y que, si tengo el valor de decirle que no me ha gustado, probablemente me contestará con una retahíla de insultos de los que “frígida” y “creída” serán lo más suave que oiré. Solo un piropo, claro. Para esta chica también eran “solo piropos”.

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“Mujer tenías que ser.”

Y estoy muy orgullosa de ello. Y voy a utilizar todas mis armas de mujer para demostrarte lo que me importan tus opiniones sexistas.

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