Desde que Robert Pattinson irrumpiera en nuestras vidas deseoso por merendar un poco de nuestra sangre en la saga Crepúsculo, la delgada línea que separaba su personaje de su propia persona pareció desvanecerse. ¿Dónde acababa Edward Cullen y empezaba él? Difícil pregunta si tenemos en cuenta que ambos son pálidos, vergonzosos y no dejan de marcar mandíbula ni de tocarse el pelo.

Robert Pattinson marcando mandíbula (muy bien marcada, eso sí) a su llegada al desfile de Dior el lunes en París. © Getty Images

Un atusamiento no sé si existe la palabra, pero viene al pelo de melena que hemos tenido la oportunidad de ver, en vivo y en directo, durante el desfile Alta Costura de Dior, la tarde del lunes en París. Hasta allí voló Robert con sus colmillos bien guardaditos para cumplir con su trabajo como embajador de la maison. Sí, sí. Porque no nos olvidemos que Pattinson es chico Dior desde 2013. Ahí es nada. Besos y abrazos con Jennifer Lawrence, Natalie Portman, Céline Dion… Apretones de mano con directivos de la firma. Pero, ¿qué más ha hecho el actor desde que dejara de ocultarse de los rayos solares?

Los chicos Dior: Jennifer Lawrence, Natalie Portman y Robert Pattinson, minutos antes del desfile. © Getty Images

Ha estado desaparecido (que no perdido)

Porque no es lo mismo, amigas. Tras vivir unos años de auténtica locura como ídolo de adolescentes, Robert pisó el freno para no estrellarse contra el muro de los blockbusters. Ese que engulle a muchas estrellas novatas de superproducciones internacionales y se niega a escupir. Durante la recta final de la saga Crepúsculo, el británico probó suerte uniendo sus dotes interpretativas (que por aquella época eran pocas, hablemos claro) a las de Uma Thurman en Bel Ami, historia de un seductor, Reese Witherspoon en Agua para Elefantes y Julianne Moore en Maps To The Stars. Actuaciones correctas, pero sin el gancho que necesita cualquier actor que quiera instalarse en Hollywood para siempre.

Tranquilo que ahora vienen los halagos.

Fue entonces cuando su noviazgo con Kristen Stewart saltó por los aires y apareció en su vida la artista (porque esta chica toca todos los palos), FKA Twigs. Una relación que le hizo alejarse de los focos y centrarse en crecer como actor. Pocos proyectos, pero muy bien elegidos, le llevaron a protagonizar Good Time, una de las grandes revelaciones del pasado Festival de Cannes. La crítica fue unánime ante la interpretación del actor en este drama de corte indie en el que da vida a un ladrón de poca monta con un hermano disminuido psíquico.

«Inmenso», «el actor está que se sale», «Cannes a los pies de Robert Pattinson», «insuperable» o «nada queda ya del vampiro adolescente» son algunos de los piropos que le dedicó la crítica especializada. Alabanzas muy merecidas que le han situado de nuevo entre las jóvenes promesas (aunque ya tiene 31 añitos) de la interpretación.

Y así de contento posaba el actor en Cannes junto al reparto. ¡Como para no estarlo! © Cordon Press

Y si todo va bien, el 2018 podría ser su año. ¿Por qué no este? Porque su agenda está llena de rodajes. Uno de ellos, y tal vez el más esperado, The Trap. Un thriller que le unirá a dos titanes de la gran pantalla, Al Pacino y Benicio del Toro.

Parece increíble pero Robert ha conseguido salir en la foto, moviéndose. La excepción que confirma la regla. Tenemos Pattinson para rato. Y, mientras, disfrutamos de sus posecitas en el desfile de Dior…

© Getty Images
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