El objetivo es simple: mejorar la estabilidad y fortalecer el abdomen. Pero lo que conseguiremos con el método hipopresivo es mucho más, desde perder peso a una mayor capacidad pulmonar, regular el sistema neurovegetativo, mejorar la circulación sanguínea, prevenir hernias y osteoporosis… Y todo ello sin necesidad de sudar ni matarnos en un gimnasio. De hecho, apenas nos moveremos del sitio. Eso sí, al terminar, tendremos la sensación de haber hecho muchísimo ejercicio. Y no por agotamiento, sino porque hacerlo bien exige concentración, la misma que, de paso, nos permitirá, durante una hora, evadirnos de todas las preocupaciones, como si estuviéramos haciendo meditación.

© Paul Berends
© Paul Berends

No es de extrañar que los ejercicios hipopresivos se estén convirtiendo en una terapia cada vez más demandada. Un método que consiste, básicamente, en una respiración medida y contenida, en la que se utilizan los mismos segundos para inhalar y exhalar, manteniéndonos unos segundos en apnea forzada entre una y otra.

Se van alternando posturas con las que todo el cuerpo trabaja, pero especialmente la zona abdominal, de ahí que el trabajo, además, nos permita bajar barriga. “Es un entrenamiento menos lesivo que las series de abdominales clásicas y mas coherente con la funcionalidad de tus estructuras corporales”, explica Eduardo Rubio, uno de los primeros monitores que introdujeron en España el Método Hipopresivo y responsable de Educación Física en la Clínica Ravenna de Madrid, especializada en pérdida de peso.

Como tal, el método nació en Argentina, de la mano del doctor Marcel Caufriez. Este experto de la Academia Interdisciplinaria en Ciencias de la Motricidad, con varios libros en el mercado en el que explica los beneficios del mismo, ha conseguido extender sus tablas de ejercicios por hospitales y centros de fisioterapia de Bélgica, Suiza, Portugal, Canadá… De hecho, en Bélgica es ya materia de las facultades de Fisioterapia. “Lo ideal es comenzar de manera individual, con sesiones de aprendizaje de 45 minutos de media, cada dos a tres días y no más de tres por semana. Las prácticas de grupo son para cuando todas conocen y practican bien los ejercicios de un programa determinado”, explica Caufriez.

Kendall Jenner enseña su muy-bien-formado abdomen en un 97% de sus looks © Cordon Press
Kendall Jenner enseña su muy-bien-formado abdomen en un 97% de sus looks © Cordon Press

Entre los beneficios más visibles está “la reducción del perímetro de la cintura, así como que se mejora la postura y se fortalece la faja abdominal y el suelo pélvico, aumenta el metabolismo y mejora el rendimiento deportivo”, dice Eduardo. Esto último, ligado a que previene lesiones articulares y musculares, es la razón por la que cada vez más deportistas incluyen hipopresivos en sus rutinas de entrenamiento.

La apnea es la clave. Al hacerse por intervalos regulares, provocan una hipoxia intermitente que hace que el cuerpo reaccione de un modo por el que trabaja a pleno rendimiento. Además, como algunos ejercicios obligan a una postura muy definida, como mantenerse perfectamente erguidos, trabajamos con diferentes grupos musculares y los reeducamos.

En efecto, en estas líneas te explicamos el secreto para tener el torso de un top sin sudar la gota gorda. © Victoria's Secret Sport
En efecto, en estas líneas te explicamos el secreto para tener el torso de un top sin sudar la gota gorda. © Victoria’s Secret Sport

Mejor sexo gracias a la apnea
Son tablas que funcionan incluso para mejorar la vida sexual: “Los ejercicios de ‘hipo sexo’ aumentan el rendimiento sexual, sobre todo de la mujer, permitiendo más placer durante la práctica sexual, más sensibilidad, una erección más potente en el caso del hombre y una mayor posibilidad de llegar al orgasmo en las mujeres”. El secreto está en el aumento de la vascularización de los órganos sexuales mediante posturas concretas, y siempre con la misma base de regularización de respiraciones y apneas. En Madrid se imparten en El Nuevo Taller de Hipopresivos.

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Apto para todos 
Para hacer hipopresivos no es necesaria una buena forma física. De hecho, son perfectos incluso para pacientes con obesidad mórbida, ya que no obligan a poner en peligro las rodillas o estar en continuo movimiento. Eso sí, deben realizarse con monitores especializados.

En cuanto a material, basta una alfombrilla y descalzarse (incluso se pueden hacer, si la tabla es suave, en vaqueros). Nos sentaremos en ella, con los pies juntos estirados y la espalda erguida. Tras conseguir la postura, comenzaremos a respirar: cuatro segundos tomando aire, haremos apnea unos segundos y, tercer paso, exhalaremos otros cuatro. Y así, cambiando de posturas, a veces boca arriba, otra estirando el cuerpo levemente inclinado, o boca abajo… durante toda la sesión.

Para cuando queramos darnos cuenta, habremos conseguido unos beneficios que nunca hubiéramos obtenido en el mismo tiempo sobre una cinta o poniendo en peligro nuestro cuerpo haciendo abdominales sin parar.

Los hipopresivos o la clave para lucir el abdomen perfecto entre el final del crop top y el comienzo del pantalón. © Cordon Press
Los hipopresivos o la clave para lucir el abdomen perfecto entre el final del crop top y el comienzo del pantalón. © Cordon Press