En un principio, fue un bolso llevado a la pasarela por drones voladores. Era el año 2018 y la consagración como «it-bag» llegó poco después. Hoy, siguiendo el éxito de ese bolso, nace un perfume que lleva el mismo nombre y, como símbolo, el mismo Corazón Sagrado de las ofrendas votivas. Devotion no es solo la última fragancia de Dolce & Gabbana, sino también el comienzo de un nuevo capítulo en la casa de moda, junto con una colección de maquillaje homónima: el primer proyecto de belleza desarrollado «in-house», gracias a una división de cosméticos creada específicamente para estrechar y profundizar la relación con la moda.

En resumen, detrás de la palabra «Devotion» se encuentra el mundo de Domenico Dolce y Stefano Gabbana. Desde la devoción religiosa con sus símbolos católicos (Vírgenes, cruces, rosarios, ofrendas votivas) que se han convertido en parte de su sello distintivo, hasta el valor más laico de la dedicación a un trabajo que aman y a la belleza. La esencia de todo esto es un perfume que celebra la vida, la italianidad, la pasión y la artesanía. Colaborando en esto, una superestrella como Katy Perry, la protagonista de la campaña, y un nariz llamado Olivier Cresp, autor de la exitosa fragancia Light Blue desde 2001.

Devotion no es solo la última fragancia de Dolce & Gabbana, sino también el comienzo de un nuevo capítulo en la casa de moda

Oliver Cresp, la nariz detrás de la nueva fragancia

Señor Cresp, comencemos contigo. Te han llamado «el príncipe de Grasse» porque eres un ícono de la perfumería francesa; «el rey de las fragancias gourmand» porque los aromas golosos son tu invención. Sin embargo, tú prefieres definirte como un «nariz figurativo». ¿Qué significa exactamente?

«Es mi enfoque. No puedo traducir algo abstracto en un perfume. Necesito una imagen real que encienda la chispa. Pero también podemos decirlo de esta manera: las fragancias que creo siempre nacen de placeres que conozco y de experiencias que me provocan emociones».

Y con Devotion, ¿cuál fue la chispa?

«Un desayuno de trabajo en Milán con Domenico y Stefano durante la temporada de Navidad. Cuando llegamos al postre, me ofrecen un panettone diciéndome: ‘Lo hicimos preparar para ti’. Fue en ese momento que el perfume tomó forma». ¿De un panettone?

«Lo sé, es una idea loca, pero nos dimos cuenta de que era la correcta. Compartimos el gusto por el desafío, lo que también significa correr riesgos, y confiamos en nuestro instinto. Domenico y Stefano siempre han sido audaces; es parte de su creatividad. De lo contrario, no habrían decidido lanzar la fragancia sin pasar por la fase de prueba, para ser los primeros en ofrecer una experiencia olfativa completamente nueva».

¿Puede anticipárnoslo con palabras?

«Devotion es un viaje sensorial en el que la artesanía desempeña un papel importante, tanto en el diseño del frasco como en la elección de ingredientes de alta calidad. Para reinterpretar el aroma del panettone, pensé en una mezcla de vainilla de Madagascar y cítricos confitados, utilizando flores de naranjo como toque luminoso y sensual. El espíritu de la fragancia es alegre, seductor y reconfortante al mismo tiempo. Como una historia de amor que va directo al corazón y encierra la quintesencia de la italianidad».

El universo DEvotion

Bolsos, joyas, zapatos de tacón y ahora un perfume, que sella la estrecha relación entre moda y belleza, poniendo en él el corazón: el sagrado, símbolo de las ofrendas votivas a las que Dolce & Gabbana ha dedicado algunas de sus colecciones de accesorios más deseadas y amadas.

Así nace Devotion Eau de Parfum (110 euros el formato de 50 ml), la nueva fragancia tributo de la casa a la feminidad, la belleza y los sentimientos que dan significado a la vida. En el frasco joya, una preciosa mezcla de flores de naranjo, vainilla de Madagascar y cítricos confitados.

Mientras que el vídeo de la campaña, ambientado en Capri, cuenta el comienzo de una historia de amor, interpretada por Katy Perry, el rostro del perfume, y el actor y modelo Michele Morrone, en el papel de un pescador. Al son de la canción ‘O surdato ‘nnammurato, esta vez musical.

**Por Paola Spezi