Moda

El pulso creativo de las pasarelas nunca se limita al vestuario. Tras cada Fashion Week, el maquillaje se convierte en el lienzo donde las tendencias cobran vida y dictan la próxima ola de estilos que llegarán a tu tocador.
Lo que se ve en la pasarela no es una fantasía lejana, sino la inspiración que define la estética de la temporada.
Esta temporada, la piel luminosa y saludable es la protagonista. Se impone una base ligera que respeta la textura natural, acompañada de toques estratégicos de iluminador que capturan la luz de manera sutil.
El objetivo es un rostro que respire frescura, sin caer en excesos ni capas innecesarias. La naturalidad vuelve a ser sinónimo de lujo.
Los labios se convierten en un punto focal de impacto. Tonos rojos intensos, borgoñas profundos y rosas vibrantes se alternan con acabados satinados o ligeramente brillantes. La clave está en encontrar un color que potencie la personalidad, más allá de las modas pasajeras. Un buen labial, bien aplicado, puede transformar por completo un look.
En cuanto a los ojos, la experimentación manda. Sombras metalizadas en tonos cobre, plata y dorado se combinan con delineados gráficos que aportan dramatismo y modernidad.
También se abre espacio para los degradados suaves que juegan con una paleta de marrones y terracotas, perfectos para un efecto elegante y versátil. La máscara de pestañas, siempre generosa, añade profundidad y estructura.
Las cejas, cuidadosamente definidas pero sin rigidez, enmarcan el rostro con un aire juvenil y contemporáneo. Se busca un equilibrio entre el control y la naturalidad, donde cada trazo realce sin robar protagonismo.
Para trasladar estas tendencias a tu tocador, el secreto está en la adaptabilidad. No se trata de copiar cada detalle, sino de reinterpretar con tu propio estilo lo que más te favorezca. Invertir en buenos productos y herramientas es fundamental para conseguir un acabado profesional, incluso en casa.

El maquillaje pos Fashion Week es un recordatorio de que la belleza es un lenguaje en constante evolución. Es la oportunidad de jugar, reinventarse y disfrutar del ritual de preparación como un momento personal y creativo. Lo que comienza sobre el catwalk se convierte en parte de tu día a día, transformando cada ocasión en un desfile propio.
*Imágenes: Getty Images