Moda
Empecemos por el principio, no vayamos a ponernos a toda la humanidad en contra de golpe y porrazo: el de Victoria’s Secret es el desfile más venerado del planeta. Que sí. Que claro. Que cómo no. Lo es ahora, al menos, que cumple 20 años sobre la pasarela rosa, y lo ha sido desde hace algunas (¡no tantas!) ediciones gracias a lo que supuso Instagram, al auge del deporte y al boom de rostros perfectos y nombres valorados en lo mismo que un piso en Malasaña como el de Miranda Kerr, Alessandra Ambrosio o Adriana Lima. Pero antes, hace no tanto, los ojos de la moda lo miraban por encima del hombro. ¿Chicas en prendas escuetas que dejan la mitad de la ingle al descubierto, poniéndose pastelosas ante la cámara? No del todo necesario.
Kate Moss, por ejemplo, nunca lo hizo, a pesar de ser la más deseada por los grandes de la industria. La eterna maniquí no pasó por las bondades del push-up rosa con brillantes, algo que ahora parece impensable viendo cómo las dos modelos del año, Kendall Jenner y Gigi Hadid, eran lo más esperado del show celebrado anoche. Un dardo directo al centro de la diana mediática. All eyes on them! El desfile, por supuesto, ya ha dado la vuelta al mundo, directo desde la Gran Manzana. ¿Un clásico? Sí, bueno, o el día de la marmota, más bien.
Las estampas se repiten en Instagram y en cada una de las imágenes del desfile. «¿Has visto VS? A mí este año me ha decepcionado», me escribía una amiga esta mañana, que a primera hora ya se había recorrido las kilométricas galerías sobre el show. ¿Cómo puede decepcionarnos «este año» cuando ha sido exactamente igual que los anteriores? Vale, sí, se fue con Karlie Kloss y eso es remarcable, pero Alessandra sigue lanzando los mismos besos al aire, enfundada en las mismas alas… y lleva haciéndolo exactamente igual durante los últimos 15 años.
Es innegable, sin embargo, que su fórmula vende. Que las galerías sobre el desfile son lo más visto de la web, que tu Facebook está lleno de compartidos sobre el desfile y que el resto de marcas de lencería han empezado a seguir su estela haciendo shows anuales para ponerse a la altura: Etam, Tezenis, Calzedonia, Intimissimi… Hasta Women’secret, jugando en casa, celebra esta noche su propio espectáculo en Madrid por tercer año consecutivo. Y suma y sigue. Pero lo que pasó anoche sobre la pasarela pink ya lo hemos visto. ¿O acaso eres capaz de distinguir entre esta edición de las pasadas?
1. Redes sociales
Hace 20 años no existían, pero desde la llegada de Instagram han sido el epicentro del show. Da igual que el desfile no se emita hasta pasado un mes, la nube social ya se encarga de contarlo todo desde fuera, desde dentro y desde donde haga falta. A este lado del charco, abres el ojo y ¿miras lo que ha pasado en el mundo? No, haces scroll, porque el desfile te ha pillado durmiendo pero todos los ángeles ya se han encargado de contártelo. En primera persona y con muchos selfies de por medio. Nada nuevo.
2. Los looks beauty
Cada año, una y otra vez, una buena onda a golpe de tenacilla y una melena brillante. Y punto. Y ya. Tan emocionante como eso. Muy locos estaríamos si pretendiéramos ver ¡qué sé yo! una trenza o una coleta. Ahí, jugando al límite. Pero es que los ángeles no llevan de eso, los ángeles tienen pelo Pantene. Pero claro, también llevan túnicas y arpas, y no sujetadores con push up y braguitas cuestionables, así que en ese tema no entraremos.
Así se preparan los ángeles para el show de Victoria’s Secret.
3. La lencería
Señores de Victoria’s Secret: cambiar hadas por mariposas de un año para otro e intentar hacer como que la diferencia es sustancial, tomándonos por tontos, está feo. Con deciros que uno de los cambios de diseño más representativos es el de los batines, lo decimos todo.
Es cierto que los ángeles vestidos de lencería negra de la edición de 2014 dieron algún que otro punto a la firma pero, por lo demás, más (y mucho) de lo mismo. «Vamos a ponerle a Gigi unos pantalones anchos y un sujetador y lo vamos a pegar fuerte», pensaron; «Uy, y a Joan Smalls en tonos fuego, que no lo hemos hecho nunca y resalta su tono de piel», contestaron. Ay…
4. La alfombra roja
Un photocall estándar por el que pasan, a su llegada, todos los invitados… y, antes de salir a la afterparty, todas las modelos con sus looks de noche, en los que parece exigirse el seguir enseñando cachete a toda costa.
5. Las actuaciones
Rihanna canceló en el último momento… por suerte para la firma, porque lo de que Taylor Swift haya actuado dos veces seguidas y esta fuera a ser la segunda de la de Barbados, hubiera sido ya de traca.
En su lugar, Ellie Goulding ejerció de rubia con voz angelical, Selena Gomez puso el (nunca despreciable en un evento así) toque picante y The Weeknd hizo bailar al Fantasy Bra a ritmo de Can’t Feel My Face.
6. Las poses
Besos al aire con soplidito para que lleguen a todo el mundo, corazones con las manos, brazos arriba y guiños. Si es que nos sabemos la teoría perfectamente, podríamos ser ángeles si no fuera por las caderas.
Bonus track: este a favor de Victoria’s Secret. Si ha habido un cambio significativo en lo que supone este desfile y la imagen que transmite, son los nuevos hábitos de las modelos en la etapa de preparativos. Antes, los titulares estallaban con las dietas imposibles de los ángeles, que alardeaban de tomar solo líquidos e incluso de no beber agua el día previo al desfile; ahora, su cuerpo se consigue a base de esfuerzo en el gimnasio y siguiendo un patrón de vida saludable. ¿Quién se atreve a retar a Izabel Goulart después de los ejercicios imposibles que sube a su Instagram?
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