En el número 98 de la Rue de l’Université, en pleno corazón de Saint-Germain-des-Prés, Roger Vivier abre las puertas de Maison Vivier, un regreso a la orilla izquierda del Sena y al barrio que alguna vez fue hogar de su fundador. Más que una nueva sede para la marca, este hôtel particulier del siglo XVIII se transforma en un relato vivo, un diálogo entre herencia y creatividad donde el espíritu de Roger Vivier sigue inspirando. Esta apertura reafirma la posición de la Maison entre las casas más prestigiosas del mundo, ofreciendo no solo creaciones de lujo sino también una experiencia artística que despierta la imaginación a través del savoir-faire parisino.

Una joya parisina

Construido en 1729 por el arquitecto real Jacques Gilet de la Fontaine, este hôtel particulier refleja casi tres siglos de historia. De orígenes aristocráticos y transformaciones burguesas en el siglo XIX, pasó después a manos del gobierno francés y fue modernizado por François Avignon, quien añadió una capilla. Restaurado con esmero, hoy alberga los ateliersarchivos y salones de la Maison. Los visitantes son recibidos por una gran escalera cuyos detalles dorados, bañados de luz, anuncian los tesoros del interior y conducen del legado a la creación contemporánea. Detrás de la residencia, un jardín secreto inspirado en el diseño clásico francés celebra la elegancia parisina y la joie de vivre.

Le Salon de l’Héritage

Comisariado por Inès de La FressangeLe Salon de l’Héritage narra el diseño revolucionario de Vivier. Creaciones icónicas de las décadas de 1950 a 1990 se exhiben junto a fotografías de musas legendarias. Muebles de los años 60 y 70, estanterías de acero de Xavier Feal y sillas Barcelona de Mies van der Rohe conviven con alfombras de Vincent Darré y cortinas de Pierre Frey, evocando las formas audaces de Vivier: el zapato de salón Virgule, el zapato Belle Vivier con sus hebillas escultóricas.

Le Salon Vivier

Este salón recrea el universo íntimo del fundador. Sillas de estilo Regencia y taburetes Luis XVI dialogan con butacas escultóricas de Philippe Hiquily, la consola lunar de Agnès Debizet y sillas modernistas de Marcello Piacentini. Un pochoir de Picasso, un gabinete chino de Hubert de Givenchy y un óleo de Charles-Henri Monvert reflejan el espíritu ecléctico, cosmopolita, elegante, vanguardista y lúdico de Vivier.

Le Studio de Gherardo Felloni

El despacho del Director Creativo Gherardo Felloni revela su sensibilidad parisina ecléctica. Tonos rosa y verde enmarcan una alfombra china Art Déco, butacas antiguas y un escritorio escultórico de Duccio Maria Gambi. Estanterías con cajas de archivo de zapatos recuerdan sus primeras exploraciones. Detalles personales, un retrato de perro, tazas vintage, libros de arte y jardines, convierten el estudio en un atelier vivo donde el legado inspira nuevas visiones.

La Salle des Archives

Por primera vez, Maison Vivier abre sus archivos al público. Más de 1.000 creaciones se conservan aquí junto a bocetos, revistas y fotografías, mantenidos con estándares museísticos sin perder la intimidad del mundo de un diseñador. Entre las piezas destacadas: un prototipo de 1962 para la Princesa Soraya, documentos sobre los zapatos de la Coronación de la Reina Isabel II, una sandalia Dior de 1955 y el Belle Vivier, lanzado en 1965 para la colección Mondrian de Yves Saint Laurent e inmortalizado por Catherine Deneuve en Belle de Jour. Cada pieza encarna el genio de Vivier y el diálogo de la Maison entre pasado y presente.

Belle Vivier 60 – Primavera–Verano 2026

Presentada con motivo de la inauguración, la colección Belle Vivier 60 celebra el 60.º aniversario de este emblemático modelo. Creado en 1965 y redefinido por su hebilla cuadrada, el zapato es reinterpretado por Gherardo Felloni en materiales eclécticos y se amplía a bolsos y accesorios. La colección honra tanto la continuidad como la innovación, reafirmando al Belle Vivier como un icono atemporal.

¿Dónde? Rue de l’Université 98, en pleno corazón de Saint-Germain-des-Prés, París.

*Imágenes: cortesía