Hace ya dos años, en julio de 2013, la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética Española (Stanpa) informó de que, por primera vez en la historia, habría una legislación de cosméticos “única e igual para toda la UE». La Comisión Europea se comprometió a centralizar «el control sobre fabricación y distribución de los productos de belleza para garantizar la seguridad de todos los consumidores”.

Ante esto, la reacción no se hizo esperar. Activistas y defensores de lo ‘eco’ endurecieron sus protestas contra lo que llaman los «tóxicos» de la cosmética. Querían que se investigara qué se incluye en cremas, champús, perfumes, maquillaje. Pero podían estar tranquilos: esta normativa europea comenzó a obligar a que se cumplieran las «Buenas Prácticas de Fabricación de Cosméticos», tomando como referencia la norma ISO 22716, que presupone los más altos estándares de seguridad, transparencia y calidad de los productos. También claridad en el etiquetado, un concepto más que necesario que a todos nos hace ahora la vida más fácil en el momento de decidirnos por un producto u otro según las necesidades de nuestra piel, cabello o uñas.

© Getty Images
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Porque no olvidemos que muchas veces esta guerra empieza y termina en un único problema: la sensibilidad hacia ciertos componentes. No puede considerarse tóxico un producto que ha pasado por rigurosos exámenes toxicológicos solo porque a algunos no les compense ver sus poros taponarse después de usarlo, por ejemplo. Para tranquilidad, cualquier cuestión sobre la seguridad de un ingrediente es evaluada por un comité de expertos internacional en la Unión Europea, el SCCS (Scientific Committee on Consumer Safety). Sus dictámenes se han venido haciendo públicos y se pueden consultar en la web de la Comisión.

Pero vayamos al grano: ¿qué tengo que entender de los componentes de mi producto de belleza? Desmigamos a continuación algunos de los más comunes y polémicos.

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Tolueno, dbp, etalatos y formaldehídos

  • ¿Qué son y dónde están? El formaldehído es un conservante, el tolueno y el dibutil ftalato, disolventes. Potencialmente tóxicos o no, están ahí por algo.
  • Veredicto: tal vez sean una bomba si hablamos de hectolitros de pintura industrial, pero en un esmalte son inofensivos. Para exponerse a una potencial intoxicación por inhalación tendrían que estar bajo su efecto 24h al día durante meses. Y ni así.
  • Solución: Deborah Lipmann, Essie o Bastien Gonzalez retiran este póker de tóxicos, aunque por otras razones: «Son abrasivos con las uñas, las secan, llegando a descamarlas», explica Gonzalez.

Aceites minerales

  • ¿Qué son? Tienen muchos nombres: vaselina o parafina para los amigos, petrolatum para los frikis… En cristiano, son derivados del petróleo.
  • Ventajas e inconvenientes: su función es garantizar la hidratación y el principal argumento en contra es que son comedogénicos y taponan los poros de la piel.
  • Veredicto: hay zonas donde no hay riesgo de padecer comedones, como los labios o las manos, así que su uso en cacaos y cremas de manos está más que justificado.
  • Sustitutos: los aceites vegetales. Son afines a la piel, sus moléculas penetran y aportan mil beneficios de hidratación, regeneración… Contra ellos, han perdido la batalla.
SIN sales minerales: Crema Nirvanesque de Nuxe, 36,90€; Maquillaje Pro-finish de Make Up For Ever (46€. A la venta en Sephora).
SIN sales minerales: Crema Nirvanesque de Nuxe, 28,95€ en Botica Digital; Maquillaje Pro-finish de Make Up For Ever (A la venta en Sephora).

Amoniaco y PPD

  • ¿Para qué sirve el amoniaco? «Sin él no se puede abrir la cutícula para teñir el cabello», explica María Castán, científica de Wella.
  • En contra: «Su mala fama proviene de su fuerte olor. Tras cumplir su función, se evapora y eso es lo que olemos». 
  • A favor: «No se queda en el cabello, evitando reacciones con las proteínas del pelo», concluye.
  • ¿Qué es el PPD? Es un fijador que se usa en tintes y otros cosméticos, que puede sensibilizar el cuero cabelludo. 
  • Sustitutos: Farmatint, por ejemplo, sustituye el PPD por ingredientes naturales.
SIN amoniaco: tinte con productos naturales de Farmatint.
SIN amoniaco: tinte con productos naturales de Farmatint.

Siliconas

  • ¿Qué son? Derivados del silicio que se usan en productos para el pelo y en maquillajes. Retienen la hidratación y aportan brillo, aunque taponen el poro cutáneo o aporten peso al cabello.
  • Veredicto: «Estudios clínicos han confirmado su seguridad para el consumidor, así como sus propiedades de cuidado para el cabello», declara María Castán, científica de Wella.
  • ¿Y en el maquillaje? «Vienen bien en fluidos para aliviar la piel o absorber la grasa antes de maquillar», afirma Maite Tuset, senior artist de Mac.

Sales de aluminio

  • ¿Dónde se encuentran? En los desodorantes.
  • Polémica: alguien las relacionó con la formación de quistes axilares o cáncer de mama, aunque se demostró que era falso. 
  • Veredicto: desde La Roche Posay afirman que «la eficacia del desodorante proviene de la presencia de sales de aluminio. El pero es que frenan el flujo sudoral y pueden provocar intolerancias».Sin embargo, «la glándula sudorípara tiene un sistema de secreción que le permite regenerarse en unos días», afirma la dermatóloga Aurora Guerra.
  • Sustitutos: piedra de alumbre, perlite, talco y derivados de arcilla.
SIN sales de aluminio: Desodorante 24h. Sans Concession Deodorant  Spray de Sanoflore (8€); Desodorante Deo Pure Natural Protect Biotherm (25€).
SIN sales de aluminio: Desodorante 24h. Sans Concession Deodorant Spray de Sanoflore (8€); Desodorante Deo Pure Natural Protect Biotherm (25€).

Sulfatos

  • ¿Qué son y dónde están? Los detergentes de los champús.
  • Polémica: si son fuertes, pueden dejar el cabello seco. Arrastran el tinte y los taitantos euros del tratamiento de queratina.
  • Veredicto: no son perjudiciales para la salud, y rara vez irritan el cuero cabelludo.

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A vueltas con los parabenos

Son los conservantes que más amores y odios desatan en cosméticaMouna Ghoul, directora de Comunicación Científica del Grupo Shiseido, aclara la polémica parabenos, sí-parabenos, no. «Un estudio (no demasiado serio, por cierto) prendió las redacciones con un descubrimiento: se habían encontrado parabenos en algunos tumores de mama. Las alarmas se dispararon, pero lo que nadie quiso escuchar fue que era un tipo de parabeno concreto que no se usa en cosmética. Los que se utilizan en belleza son seguros y además en concentraciones bajísimas. Antes de añadir un ingrediente en cosmética, se realizan muchos tests de toxicología y seguridad. Un parabeno no deja de ser un conservante, el mejor que existe para mantener estable la calidad de la fórmula de un cosmético. No ponerlo puede ser peor. Si esa fórmula no está bien protegida, puede causar irritación o sensibilización a la piel». 

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