En el mundo online casi todo se registra y se analiza. Tu móvil, y sobre todo tu lista de deseos de las rebajas, te va a recordar varias veces al día el abrigo que guardaste para más adelante, la falda que te fliparía ponerte, y ese destino de vacaciones al que no haces más que dar me gusta. Y claro, así el algoritmo (ese ente que registra todo) sabe lo que quieres.

Si no nos crees, te lo cuenta el experto en marketing digital Pablo Vaca, “Instagram sabe lo que quieres por la interacción (los likes, comentarios); por el tiempo de interacción (cuanto tiempo aguantas en un vídeo, cuantas veces lo visualizas); por tu historial con publicaciones similares (tipos de publicaciones, temas, personas, ubicaciones), y también por la relación que hay entre todo ello”, nos cuenta.  “Instagram sabe lo que quieres cuando estás en Instagram. La cuestión de fondo es si decidimos ser lo que somos y queremos cuando estamos en Instagram o es solo una porción de nuestra realidad. En nuestro pulgar está el poder”, añade.

¿Cómo es posible que yo busque una falda concreta, y no deje de ver esa falda hasta que me la compro y después también?

Para Instagram somos entidades y las plataformas publicitarias se comunican con las redes sociales, buscadores y apps para poder seguir nuestra actividad sea donde sea. Y así si un anunciante dispone de perfil en Instagram puede reimpactarnos con cosas que vimos en su web o a la inversa, promocionar en IG productos por los que mostramos interés en otras parcelas de la marca.

Salvo que naveguemos en modo incógnito y usemos aplicaciones que bloqueen esos tipos de seguimientos, que están en todos lados, es muy probable que puedan hilar bastante sobre nosotros. Y lanzar anuncios sobre algo que visitaste la semana pasada es la forma más normal de hacer uso comercial de todos esos datos. Repito: eso es lo más básico que hacen los anunciantes. ¿Nos ponemos a pensar que se puede hacer a nivel de espionaje?

¿Por qué Instagram sabe lo que quiero comprar?

¿Por qué mi lista de deseos de Amazon se reproduce casi en cualquier medio que visito?

Amazon es otra plataforma más dentro de todo el ecosistema publicitario. Además la mayoría de la gente tenemos cuenta (y sesión iniciada) en nuestro móvil u ordenador casi siempre: Google, Facebook/Instagram, Amazon, Twitter, Navegador web, Sistema del móvil…. Todos esos datos son de entrada y salida, y ya depende del anunciante estar dispuesto a pagar por ellos (si le renta) y a hacerlo.

Como nota, la legislación tan famosa de las cookies es graciosa, porque es súper limitante pero no sobre cómo se usan los datos (exagerando un poco), sino solo si contienen información personal.

¿Puedo pedirles que me hagan la compra si lo saben todo?

Perfectamente. Yo no tengo pero sé que existen ya neveras conectadas online que pueden pedir a tal tienda comprar tal cosa que te falta, si así lo defines y permites. Desconozco su fiabilidad, pero me parece un avance. Si estás a dieta y programas las compras en base a tu menú semanal, me parece una forma genial de utilizar la tecnología a nuestro favor, para no caer en tentaciones… Pero recuerda, amiga de los datos, que si ya les damos toda nuestra actividad social con las RRSS, si se llevan puesto lo que comemos, la pasta de dientes que usamos o el predictor que queremos encargar… ¿Nuestra vida no empieza a parecerse peligrosamente al Show de Truman?

¿Cómo puedo proteger mis redes sociales? ¿Son realmente seguras?

Menudo melón abrimos… Que conste que sería lo suyo hablar con un experto en seguridad, pero a grandes rasgos, sí, son seguras porque somos medio planeta usándolas y esas empresas dependen de que lo sean. Aun así, por esa misma razón, son una apuesta segura para los delincuentes cibernéticos, ya que el premio es grande.

¿Por qué Instagram sabe lo que quiero comprar?

Lo ideal es aplicar el sentido común como mínimo, esto es, no repetir contraseñas entre distintas apps, que sean largas y contengan números, caracteres especiales, mayúsculas, minúsculas… Y en general no instalar en nuestros sistemas, ordenador o móviles, apps de proveedores desconocidos.  Al mismo tiempo, usar sistemas de Doble Autenticación que requieren de verificación por SMS, por móvil, y además añaden un extra muy recomendable cuando sean datos sensibles o importantes. Consejo de pago: usar 1234 como contraseña del móvil no se olvida pero luego pasa lo que ocurre…

*Imágenes: Unsplash y cortesía