Moda
Quizá hoy era el día más esperado de la visita de Meghan Markle y Harry (antes conocido como el príncipe Harry) al Reino Unido, ya que todo apuntaba que veríamos la que es la última foto de familia completa de la familia real británica británica. Todas las miradas del mundo están hoy pendientes de la Abadía de Westminster, en Londres, donde se ha celebrado la misa por el Servicio de la Commonwealth, un acto donde además la reina Isabel II ha ejercido como anfitriona.
Desde Canadá los duques de Sussex llegaron hace unos días a la capital británica y desde entonces hemos visto a una Meghan y Harry súper sonrientes y súper románticos. La imagen de la pareja llegando agarrados protegiéndose de la lluvia londinense, con un lookazo en azul, firmado por Victoria Beckham, ha dado la vuelta al mundo, y estamos seguras que la de hace pocos minutos, también lo va a hacer.
Para la ocasión Meghan ha querido dejar para la posteridad una imagen que entre en la historia, y ha roto todos los pronósticos (en ocasiones anteriores ha vestido de blanco y negro) eligiendo el verde como el color de la despedida, en un vestido firmado por la diseñadora británica (de origen australiano) Emilia Wickstead.
De largo midi, satinado y con manga francesa, destacan en él dos detalles: por un lado el cuerpo ceñido con falda lápiz y por otro al especie de capa sobre los hombros. Los complementos no han restado, al contrario, han sumado TODO y MÁS: un tocado de rejilla, también verde, de William Chambers, un bolso de Gabriella Hearst y unos salones nude acharolados de Aquazzura.
Otro detalle del look de Meghan que nos ha gustado es que llevaba medias de cristal, algo poco usual en ella, pues suele prescindir de ellas. Pero creemos que tiene truco de estilo pues encajan perfectamente con el color nude de los zapatos haciendo que no se rompa el cromatismo de la pierna y el zapato, y por lo tanto ayudando a crear el efecto óptico de alargar la figura.
*Imágenes: Getty Images
