El regreso de Louis Vuitton a la Cour Carrée fue una utopía en su máximo esplendor. La colección ready to wear primavera-verano 2023 dirigida por el diseñador Nicolas Ghesquière se convirtió en una interpretación única que evoca al espacio.

El director creativo invitó a su colega, el artista francés Philippe Parreno, con quien creó un escenario futurista que daba la ilusión de recibir a marcianos en la eterna ciudad de París.

Explorando diversas propuestas, Louis Vuitton coloca un sello de innovación que ha servido como hilo conductor entre temporadas mediante las siluetas formas y texturas que manifiesta a través de cada diseño.

En esta ocasión, Nicolas juega con la idea de dimensiones y proporciones, las cuales nos asombran por su gran tamaño XL. Esta colección se encuentra acompañada del gran escenario ubicado en el museo Louvre, donde la instalación fue el resultado de la primera colaboración de la casa con el artista contemporáneo francés Philippe Parreno.

El extraordinario concepto nos lleva a un viaje en el que el diseñador apuesta por los detalles que desconciertan por sus gigantescas proporciones como las cremalleras en dimensiones rimbombantes con el logo de la firma francesa. Cabe mencionar que estas cremalleras son las más grandes hechas en la historia de la moda.

Otros detalles que han llamado la atención de los espectadores son los botones que intencionalmente se han creado con magnitudes de medidas. Una característica única de la Maison es la gran originalidad que la singulariza, puesto que en los bolsos también se admiran etiquetas de piel con las que Louis Vuitton ha creado una identidad propia.

Los vestidos con cuellos tridimensionales y volúmenes bastante peculiares van más allá de su proporción, Ghesquière dijo que estaba usando la escala para alterar los códigos de la feminidad. 

“’Bastante duro’, eso era algo de lo que estábamos hablando, y ‘belleza amenazadora’. La idea era mirar algo bonito, algo dulce, y ver en esos elementos qué fuerza tienen”, comentó.

Indiscutiblemente no podíamos esperar menos de la firma francesa, pues su inspiración y conceptos llevan siempre un mensaje detrás de cada pieza. Los trajes con motivos trampantojos, que emulan hebillas XL son las formas de evocar un espacio alucinante. El uso de materiales como el cuero y el encaje están omnipresentes, en medias que se combinan con todos los looks que se complementan con botines planos con grandes plataformas y en vestidos que también se combinan con camisetas por debajo, a modo de superposiciones.

Los accesorios como los  clutches, con el logo de Louis Vuitton adoptan unas proporciones exageradas. Incluso los cinturones se agrandan casi hasta cubrir el abdomen.

“Louis Vuitton ya no es una empresa de artículos de cuero, es también una empresa de moda, y estamos muy orgullosos, después de todos estos años, de este resultado”, dijo Ghesquière. “Creo que tal vez fui más libre para romper algunos límites por mí mismo”.