El Festival de Cannes rebosa brillo por todos sus costados: tanto en sus luminosas mañanas bañadas de sol y presentaciones junto al mar como en sus noches infinitas, de vestidos de ensueño y burbujas de champagne de fiesta en fiesta, en todas las que celebra el festival cada edición.

Con el Mediterráneo a sus pies, la Croisette se se da ya las últimas pinceladas para ponerse guapa y convertirse un año más en el centro del mundo durante diez días; del mundo del cine, por un lado, por la cuidada selección de cintas presentadas a certamen, pero del mundo en general (y parte del extranjero -el extra planetario, digo-) por el desfile de rostros célebres que allí tiene lugar (y que este año contará con los lookazos de Sienna Miller, miembro del jurado durante los próximos días).

Brigitte Bardot, uno de los iconos de la sensualidad en Cannes, corriendo por la playa en la edición de 1956. © Getty Images
Brigitte Bardot, uno de los iconos de la sensualidad en Cannes, corriendo por la playa en la edición de 1956. © Getty Images

En el terreno del glamour, Cannes no tiene competidor; en el resto de aspectos, comparte la alegría de ser uno de los mejores festivales europeos, junto con la Mostra de Venecia. Precisamente la Mostra fue la responsable del nacimiento de Cannes en 1939, después de que en el certamen italiano no se valorara dignamente La gran ilusión de Jean Renoir. A raíz de esto, varios críticos y periodistas franceses pidieron a su gobierno la creación de un festival internacional en el país… Et voilà: el certamen de la Costa Azul vio la luz un 1 de septiembre, con la desgracia de ser ese mismo día el elegido por la Alemania de Hitler para invadir Polonia, dando lugar a la II Guerra Mundial que ya es mala suerte. Por supuesto, la celebración solo duró una jornada… y tuvo que esperar al fin del conflicto para renacer en 1946.

Desde entonces, cineastas de todo el globo han soñado con echarle mano a su máximo galardón, la denominada a día de hoy como Palma de Oro que, precisamente este año, cumple 60 siendo el galardón oficial del festival. Pero ¿qué hubo antes, cómo nació y quién le dio la forma definitiva?

El director italiano Federico Fellini con Giuletta Masina tras recibir la Palma por 'La Dolce Vita' (1960). © Cordon Press
El director italiano Federico Fellini con su mujer Giuletta Masina tras recibir la Palma por ‘La Dolce Vita’ (1960). © Cordon Press

Entre 1939 y 1954, el mayor reconocimiento del certamen, el que premiaba a la mejor película presentada a la competición oficial, se denominaba ‘Gran Premio del Festival Internacional de Cine’y se entregaba pertinentemente al director de la cinta. El premio constaba de un diploma y de una obra de arte de un artista contemporáneo.

Quince años más tarde (con el parón bélico de por medio), el que fuera Director Ejecutivo por aquel entonces, Robert Favre Le Bret creó un concurso para diseñar un galardón que homenajeara las palmeras que inundan la costa de la ciudad; muchos joyeros se presentaron, pero fue la parisina Lucienne Lazon quien finalmente le dio forma. Un año después, en 1955, Marty de Delbert Mann ganó la primera Palma del festival de Cannes (siendo la única película de la historia que se hizo ese mismo año con el Oscar a la Mejor película).

Marty fue la primera película en ganar una Palma de Cannes colmo tal.
Marty (1955).

Así se mantuvo de manera más o menos estable durante las siguientes nueve ediciones (siendo entretanto premiado el único español, Luis Buñuel, por Viridiana en 1961), hasta que en el 64, tras ser objeto de polémica, se retiró y se reinstauró la entrega del diploma y la obra de arte. En los años siguientes, los ganadores se llevaron de nuevo bajo el brazo un engorroso diploma que, sin embargo, no pudo entregarse en 1968 tras los acontecimientos sucedidos en las calles de París con motivo del Mayo francés: directores e la talla de Truffaut y Godard pidieron que esa edición no se celebrase y así fue: el palmarés quedó vacío hasta el año siguiente.

A la izquierda, Sophia Loren y Romy Schneider en 1967; a la derecha, Grace Kelly en el certamen de 1955. © Festival de Cannes
A la izquierda, Sophia Loren y Romy Schneider en 1967; a la derecha, Grace Kelly en el certamen de 1955. © Festival de Cannes

En 1975 (y tras diez años entregando diplomas –el último en recibirlo, por cierto, fue Francis Ford Coppola por La Conversación en 1974-) Maurice Bessy, Director del momento, restauró el trofeo en forma de palma que por aquel entonces se presentaba en un estuche de cuero rojo forrado en su interior de ante blanco. Durante los años siguientes y hasta finales de los noventa, la Palma fue sufriendo leves modificaciones en su diseño. En ese tiempo, Jane Campion se alzó como la primera cineasta mujer en ganarla de la historia de Cannes por su obra El Piano. La primera y la última hasta la fecha. Esto sucedía en 1993.

A finales de la década de los noventa llegan grandes cambios para la anfitriona del certamen, la Palma de Cannes: Chopard, el lujo hecho joya, entró en su vida. Lo hizo, además, de la forma más casual: en 1997 decidieron realizar la apertura de su boutique en la Croisette dentro del calendario del festival de cine y fue ahí cuando las conversaciones entre las dos entidades empezaron a tomar buen camino. “Durante mi primera reunión con Pierre Viot, entonces Presidente del Festival, me fijé en la Palma, que estaba colocada justo detrás de él en su oficina. Le pedí que me dejara mirarla de cerca y al ver mi enorme interés, me preguntó si me gustaría proponerle una nueva versión, una especie de actualización. La idea me encantó, y me puse a trabajar sobre ella con gran entusiasmo”, cuenta Caroline Scheufele Directora Artística y Co-presidenta de Chopard.

Fases de la elaboración de la Palma de Oro de Chopard. © Cordon Press
Fases de la elaboración de la Palma de Oro de Chopard. © Cordon Press

Y así es como empieza la magia, la cual se mantiene, por cierto, a día de hoy. Scheufele elaboró una palma mucho más ligera que, sin embargo, es mucho más voluminosa, dando especial importancia a los nervios del tallo y las 19 hojas que nacen de él. Este, en su base, toma forma de corazón, uno de los grandes emblemas de la firma de joyería.

En el 2000, adquiere un nuevo valor, el estar elaborada con 125 gramos de oro de 18 quilates: la Palma de Oro de Cannes toma su aspecto definitivo (haciendo algunos cambios en su estuche, eso sí, después de que en 2001 se cayera del mismo mientras Lars Von Trier celebraba entusiasmado su victoria con Bailar en la oscuridad); ahora, azul en el exterior, tiene un cierre de seguridad a prueba de emociones fuertes.

Penélope Cruz recibiendo  la Palma por su trabajo y el de sus compañeras en 'Volver' (2006).
Penélope Cruz recibiendo la Palma por su trabajo y el de sus compañeras en ‘Volver’ (2006). © Getty Images

También en la decada de los dosmil, Scheufele decide crear unas réplicas a un tamaño más pequeño de la palma original para premiar las mejores interpretaciones de cada certamen, como la que Penélope Cruz y el resto de casting de Volver se llevaron a casa en el año 2006. ¿Una excepción? La del pasado 2013, cuando el jurado presidido por Steven Spielberg decidió premiar por igual a Abdellatif Kechiche, director de La vida de Adele, y sus dos protagonistas Léa Seydoux y Adèle Exarchopoulos. Los tres se llevaron su correspondiente (y merecida) Palma de Oro a casa.

Adèle y Léa recibieron en 2013 la Palma, al igual que su director, por 'La vida de Adele'. © Getty Images
Adèle y Léa recibieron en 2013 la Palma, al igual que su director, por ‘La vida de Adele’. © Getty Images

Ahora, sesenta años después, promete seguir repartiendo alegrías (y buen cine) brillando más que nunca: ¿qué habrá preparado Chopard para celebrar este aniversario? Lo veremos, seguro en los próximos diez días.

¡Que comience el espectáculo!

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