Moda
Reconozco que al ver las fotografías de Leonardo DiCaprio, Tobey Maguire y Orlando Bloom paseando por la gran manzana cual cowboys modernos (nada de caballos ni de botas country, que hace mucho calor) he sentido un irrefrenable deseo de imprimirla y ponerla en un marco en el salón de mi casa. Si mi madre me tiene haciendo la Comunión, yo me merezco tenerlos a ellos.
Aunque confieso que lo único que he podido hacer ha sido esto:
¡Son Spider-Man, el capitán Will Turner y Jack Dawson, el de Titanic! ¿Os dais cuenta de la cantidad de veces que hemos visto a estos tres hombres en la gran pantalla y hemos soñado con casarnos con ellos? Uno detrás de otro, eso sí. Que hay que ser ordenadas en esta vida.
Mucho hablar de la girl squad de Taylor Swift a la que me encantaría que me invitaran y nos estábamos perdiendo la boy squad del momento. Leonardo, el soltero empedernido, Tobey, el recién divorciado en busca de consuelo y fiestas, por qué no decirlo y Orlando, el que probó las mieles de un dulce matrimonio (con Miranda Kerr) y un posterior divorcio nada amargo, para después lanzarse a los labios de una chica que había besado a otra y le gustó. Es decir, Katy Perry.
Vestidos con ropa informal, gafas de sol y caras de ‘somos guays, pero no presumimos de ello’, les veo y no paro de imaginármelos en movimiento y con la banda sonora de Bad Boys de fondo. Juntos fueron a picar algo a The Bean, una cadena de cafeterías, y después de paseo por el East Village.
¿Os imagináis la cara del que se los cruzase? ¡A los tres a la vez! Yo me planteo seriamente si sería capaz de hablar con ellos. Es decir, voy andando por la calle, me los cruzo, los reconozco aunque sería genial que me reconocieran ellos a mí y me lanzo. Sin embargo, me doy cuenta de que el problema no está en el qué decirles, sino a quién. ¡Ay madre! Son tres. Una trilogía de la amistad masculina perfecta en la que solo faltaría Brad Pitt para rizar el rizo. ¿Con cuál mantener una conversación? (Por conversación entenderemos un simple «hola» seguido de balbuceos indescifrables).
¡Uf! Menudo dilema, amigas. ¿La solución? Muy americana: una lista con los pros y los contras de cada uno de estos llaneros solitarios VIP. Comencemos.
- Leonardo DiCaprio
Pros: Es un entusiasta defensor del medio ambiente, educadísimo (o eso dicen), adora a su madre, tiene una isla privada (que a mí lo de ir a Benidorm ya me tiene un poco harta), le preocupa su aspecto físico lo justo y necesario y no tiene hijos (que luego hay que coordinar las vacaciones con la madre de la criatura y es un lío).
Contras: Solo sale con modelos de Victoria’s Secret. Siente debilidad por ellas y quién no.
Veredicto: Las únicas alitas que vería Leo en mi casa serían las de pollo. Nuestro amor es imposible.
- Tobey Maguire
Pros: Nació en Santa Mónica (lugar de rodaje de Los Vigilantes de la Playa), es vegano (así que no discutiremos por el punto de la carne), no prueba el alcohol desde los 19 años (ya sabemos quién va a conducir cuando salgamos de fiesta), es amigo de Kristen Dunst (solo por conocerla ya merece la pena) y su exmujer es la diseñadora de joyas Jennifer Meyer (si nos llevamos bien con ella igual nos cae algún diamante).
Contras: Tiene dos pequeños, Ruby Sweetheart y Otis Tobias. No soy muy fan de los niños en general. Lo siento.
Veredicto: Jamás podría salir con un hombre que llama a su hijo como un ascensor y a su hija le pone de segundo nombre Sweetheart. En serio, es demasiado.
- Orlando Bloom
Pros: Es británico (así que sería como estar saliendo con David Beckham o Colin Firth), puede presumir de ser embajador de buena voluntad de UNICEF, ayudó a Frodo a llegar a Mordor (con el calor que debía hacer allí) y estuvo saliendo con Kate Bosworth (a la que adoramos). Ah, y siempre queda de buen rollo con sus ex. Incluidas Miranda Kerr y Katy Perry.
Contras: Ninguno porque aunque tiene un hijo, Flynn me tiene ganado el corazón.
Veredicto: Hello Orlando, how are you? El actor sería el elegido. Ah, eso sí. Seguro que le acabaría contando que de pequeña me flipaba el anuncio del tomate frito que lleva su nombre.
Y sí, ahí acabaría nuestra relación.
