Moda

Kate Middleton regresa a la escena royal con la tiara más icónica de Diana y un imponente Givenchy rojo
Cuando la moda cuenta una historia, cada detalle se convierte en símbolo. Y eso fue exactamente lo que ocurrió durante la reciente cena de Estado celebrada en Windsor en honor del presidente francés Emmanuel Macron y su esposa Brigitte.
Después de varios meses de ausencia, Kate Middleton reapareció como solo ella sabe hacerlo: con fuerza serena, sofisticación absoluta y un guiño emocional que no pasó desapercibido.
Una tiara con peso emocional
La princesa de Gales eligió para la ocasión una de sus piezas favoritas —y también una de las más legendarias de la familia real británica—: la tiara Lover’s Knot, una joya que perteneció a la reina Mary, pero que el imaginario colectivo asocia de inmediato con Diana de Gales.
Con perlas colgantes y diamantes engarzados, la tiara no es solo una pieza de alta joyería: es un puente silencioso entre generaciones, y su elección envía un mensaje potente de continuidad y recuerdo.
Y lo ha hecho con dos de sus fetiches: la tiara Lover’s Knot, la favorita tanto de Diana de Gales como de Kate Middleton (con la de hoy, son 12 las ocasiones en las que Kate se ha “coronado” con esta tiara) y un vestido de Sarah Burton, la misma que diseñó su vestido de novia.
El rojo como afirmación personal
Pero no fue solo la tiara lo que acaparó titulares. Kate apostó por un vestido rojo intenso de Givenchy, una elección poco habitual en su paleta cromática de gala, pero cargada de intención: un tono de poder, energía y emoción, y una declaración visual de que está de vuelta con más luz que nunca.
El diseño, de silueta sobria y hombros marcados, equilibra tradición y modernidad, recordando a los cortes que Sarah Burton —exdirectora creativa de Alexander McQueen— defendió en sus años al frente de la firma.
Un look diplomático y simbólico
Kate completó el conjunto con los pendientes de diamantes de la reina Isabel II, la banda de la Gran Cruz de la Real Orden Victoriana, y un broche de honor francés. Todo en ella hablaba de alianza, elegancia diplomática y cuidado al detalle.
En el peinado, su clásico moño bajo con raya lateral se convirtió en el marco perfecto para la tiara, reforzando esa imagen de princesa contemporánea que no necesita estridencias para imponerse.
La reaparición de Kate Middleton ha sido todo menos casual. Cada elemento de su look —desde el color del vestido hasta el origen de las joyas— ha construido una narrativa de fortaleza, respeto y presencia. En un momento en el que la familia real británica atraviesa retos visibles, la princesa de Gales ha devuelto a la Casa Windsor un instante de esplendor controlado, belleza contenida y mensaje claro: estoy aquí, y estoy lista.
*Imágenes: Getty Images