Moda
La moda después de la pandemia está destinada a cambiar. Aunque aún no tengamos claro el panorama, el llamado ha sido contundente: debemos reactivarnos pero no con la misma velocidad. Primero fue Saint Laurent y Anthony Vaccarello quienes anunciaron que retomarán el negocio a su tiempo; luego Dries van Noten, junto a otras firmas, hizo un llamado para repensar sobre las temporadas de entrega y darle más tiempo de vida en exhibición a los productos para “crear deseo”; finalmente la CFDA y la BFC publicaron una carta dirigida a sus afiliados declarando que el sistema de la moda debe cambiar. La industria pide a gritos un cambio.
¿El último en unirse a la protesta? Gucci.
En los últimos días, Alessandro Michele ha publicado su diario de cuarentena en las redes sociales de la marca italiana. La primera entrada, lanzada hace dos días, expone el cuestionamiento de sus acciones y cómo una crisis que jamás creíamos posible nos obligó a pausar nuestras vidas. Son reflexiones, que si bien, han surgido en todo el mundo; y nos guste o no, el destino asigna un cambio importante. Tal cual el creativo italiano lo define, está en cada uno aceptar la modificación de los hábitos y lo que dábamos por sentado.
Creo que podemos construir nuestro futuro también a partir de una capacidad renovada de denominación
Eso ha escrito Michele en su penúltima entrada donde declara también que dejará atrás las colecciones de pretemporada para enfocarse en una nueva manera de presentación con dos lanzamientos al año.
Durante los últimos dos meses, creativos, editores, directivos, compradores, y todos los que forman parte de una de las industrias más importantes en el mundo, han debatido sobre cómo la moda debería reactivarse. Un negocio que comenzó vendiendo piezas confeccionadas con los más altos estándares de calidad hace más de un siglo y que se convirtió en un fenómeno total a finales de los años setenta. Aunque la industria aceleró su propia evolución, era inimaginable que un factor ajeno a ella la hiciera recapacitar. Borrón y cuenta nueva, dicen por ahí… ahora está en ella querer aceptar el cambio o seguir sumergida en la misma velocidad que, todo apunta, no era sana.
*Imagen: Getty Images