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Cuando la historia y el diseño se dan la mano, surge un destino llamado Gran Museo Egipcio (GEM). Tras más de veinte años de espera, Egipto celebra por fin la apertura de uno de los proyectos culturales más ambiciosos del siglo XXI: un espacio que une modernidad, memoria y belleza arquitectónica con el aura eterna de las pirámides de Giza como telón de fondo.
Situado a apenas 1,2 km del conjunto de las Pirámides de Giza, el GEM se alza con su fachada triangular de alabastro y cristal, diseñada por Heneghan Peng Architects, para convertirse en un puente entre el pasado y el presente.
Tras más de dos décadas de planificación, construcción y retrasos —la idea inicial se remonta a 1992 y el inicio efectivo a 2005— la apertura oficial está programada para finales de 2025: se estima que las puertas se abran al público el 4 de noviembre tras una ceremonia de inauguración el 1 de noviembre.
Un sueño faraónico hecho realidad
El museo, que abrirá oficialmente sus puertas al público en noviembre de 2025, se erige a apenas un kilómetro de las pirámides. Su diseño, firmado por Heneghan Peng Architects, combina piedra, vidrio y luz para recrear una atmósfera casi espiritual: un diálogo entre el pasado monumental y la contemporaneidad elegante.

El GEM no es solo un museo, es una declaración cultural. En sus más de 470.000 m² se exhiben más de 100.000 piezas que narran cinco milenios de historia egipcia, desde el Antiguo Imperio hasta el período grecorromano. Y por primera vez, la colección completa de Tutankamón —más de 5.000 objetos— se podrá admirar en un mismo espacio.
Recorrer el GEM es un viaje por la memoria de la humanidad. La monumental estatua de Ramsés II, de once metros y 83 toneladas, recibe al visitante como guardián del tiempo. El mármol pulido refleja la luz del desierto y el aroma del alabastro flota en el aire. Cada galería invita al silencio, a la observación lenta, a la admiración sin filtros.

algunos datos que debes conocer
- Su superficie supera los 470 000 m², con más de 100 000 artefactos de la civilización egipcia —algunos de ellos exhibidos por primera vez en este formato.
- En la gran sala de entrada se sitúa la estatua colosal de Ramsés II —11 metros de altura, 83 toneladas— que recibe al visitante con la misma majestuosidad que antaño dominó las avenidas de Menfis.
- La colección de Tutankamón estará completa por primera vez desde su descubrimiento: más de 5 000 piezas que ampliarán notablemente lo que hasta ahora se mostraba.
- Más allá de la exhibición, el GEM incluye un centro de conservación de última generación con 17 laboratorios, zonas interactivas, exposiciones para niños y un entorno que trabaja tanto para el visitante como para la ciencia.

Lo imprescindible que no te puedes perder
La Gran Escalera de los Faraones
Un eje monumental que asciende entre esculturas colosales rescatadas de templos de todo Egipto. Cada peldaño es una lección de proporción, historia y reverencia.

La Sala de Tutankamón
Por primera vez se exhiben juntas todas las piezas encontradas en su tumba: joyas, tronos, amuletos, instrumentos y, por supuesto, su máscara funeraria. Es el corazón simbólico del museo.
El Centro de Conservación
Un espacio visible al público donde arqueólogos trabajan a la vista, restaurando piezas milenarias. Una ventana real al trabajo científico que sostiene la historia.
La Galería del Sol
Un mirador interno que se alinea con la luz del amanecer sobre las pirámides. Su arquitectura está pensada para que el visitante experimente la misma fascinación que los antiguos egipcios ante el astro.
La Tienda y el Espacio de Diseño Egipcio Contemporáneo
Souvenirs que parecen obras de arte: desde joyería inspirada en Amarna hasta textiles con jeroglíficos reinterpretados. Perfectos para viajeros que aprecian la estética y la historia por igual.

Consejos para sacarle todo el partido
- Elige la luz adecuada: visita el museo por la tarde para que el sol se refleje en la fachada y las salas interiores tengan ese matiz dorado que tanto inspira.
- Planifica con calma: reserva al menos tres horas. El tramo desde la estatua de Ramsés hasta la galería de Tutankamón merece interrupciones conscientes.
- Accesorio de viaje con estilo: una capa o chal ligero que haga juego con la arquitectura interna —tonos arena, bronce o azul petróleo— te permitirá fusionarte con el entorno sin perder identidad de estilista-viajera.
- Complementa tu recorrido: al salir, toma un café en la terraza del museo con vistas a las pirámides. El momento transición entre historia y presente.
- Elige el recuerdo con intención: compra en la tienda del museo una pieza única —un grabado, una joya de inspiración egipcia— que acompañe tu look y tu relato de viaje.
Visitar el Gran Museo Egipcio es más que un destino. Es una inmersión elegante en la memoria de la humanidad. Es entender que viajar también es educación, que el estilo puede alojarse entre jeroglíficos y que la moda del viajero incluye reverencia, curiosidad… y una buena capa ligera para la expedición urbana. Porque algunos museos no sólo se visitan: se sienten.

*Imágenes: cortesía