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Hace menos de una semana celebrábamos el día de la eliminación de la violencia de género y, un año más, miles de voces se alzaban para denunciar los abusos (no solo sexuales) a los que se somete diariamente a las mujeres. Paradojas de la vida, Evan Rachel Wood ha hecho público días después un suceso que ninguna mujer del mundo debería volver a sufrir pero que, lamentablemente, sucede a diario y no solo en ‘otros países’ o entre ‘gente sin estudios’: «Sí, he sido violada».

Una carta desgarradora, pero llena de esperanza
La actriz ha decidido compartir en un escrito a través de las redes sociales cómo se sintió tras sufrir dos violaciones: «La primera vez, al haberse producido por parte de mi pareja, ni siquiera estaba segura de si se podía considerar violación, hasta que fue demasiado tarde. Además, ¿quién me creería? La segunda [fue violada por el dueño de un bar] pensaba que era culpa mía por no haber luchado más, pero estaba asustada. Por supuesto, esto fue hace muchos cuando yo no sabía que ninguna de las dos eran responsabilidad mía».
Well, since everything is out in the open now, figured I would share the confession letter I wrote to @RollingStone in its entirety. #NotOk pic.twitter.com/0FSP1gsE36
— #EvanRachelWould (@evanrachelwood) 28 de noviembre de 2016
La carga social de la culpa
«Ninguna de las dos eran responsabilidad mía». Exacto. Según datos del Ministerio del Interior, una mujer es violada cada ocho horas en España. Escalofriante. Sin embargo, más aterrador es pensar que muchas de las violaciones no son denunciadas por el miedo de la víctima a que la consideren culpable. ¿Culpable de qué?, me pregunto. ¿Culpable de ponerse una minifalda? ¿Culpable de salir por la noche? ¿Culpable por haber dicho «NO»? O culpable de vivir en una sociedad en la que la cultura de la violación lo invade todo.
Un estigma social que persigue a muchas de las víctimas durante toda su vida. Evan Rachel fue una de ellas; su sentimiento de culpa la llevó a intentar suicidarse con tan solo 22 años: «Todavía estoy en pie. Estoy viva. Estoy feliz. Soy fuerte. Pero todavía no estoy bien», añadía en su carta.

No es un mundo para estar callado
Por eso, la actriz hace un sentido llamamiento para que las mujeres no tengan miedo de denunciar: «No voy a avergonzarme… No creo en un tiempo en el que la gente tenga que guardar silencio ni un minuto más. No en un mundo en el que tenemos una intolerancia tan flagrante y sexista».

¿Podría pasarte a ti?
Conscientes de que su popularidad y alcance mediático podrían ayudar a cambiar esta percepción, Lady Gaga, Lena Dunham, Amy Schumer, Madonna, Oprah Winfrey o la actriz de Mujeres Desesperadas, Teri Hatcher, reunieron el suficiente coraje para contarle al mundo que fueron víctimas de abusos sexuales.
En el caso de Lady Gaga, la cantante fue violada cuando tenía 19 años por un productor de música que le doblaba la edad: «Es algo que ocurre todos los días. Es escalofriante y triste». Madonna, con la misma edad, sufrió una violación en la azotea de un edificio en Nueva York. La presentadora Oprah Winfrey confesó haber sufrido abusos sexuales por parte de su primo, su tío, y un amigo de ambos, cuando solo tenia 9 años. Teri Hatcher también vivió en sus propias carnes una violación por parte de su tío con 5 años. ¿Ciencia ficción? No, amigos. Esto es la pura y dura realidad de cada día para millones de mujeres.
Además, según confirman varios estudios, el 90% de los abusos sexuales se producen en el entorno familiar. Lo que dificulta todavía más su detección y la declaración por parte de la víctima. Oprah y Teri no fueron capaces de contar lo sucedido hasta pasadas varias décadas.

Así pues, como Evan Rachel Wood ha puesto una vez más en evidencia, las violaciones no son cosa del pasado ni están reducidas a ámbitos de exclusión social o pobreza. Son una realidad. Están ahí y están pasando delante de nuestros ojos. Tomemos conciencia de ello y actuemos en consecuencia.