En verano, las horas de luz aumentan, retrasándose la producción endógena de melatonina, la hormona necesaria para conciliar el sueño. Esto, unido a los cambios de rutina diaria como cenar más tarde o en exceso provocan alteraciones en el sueño.

La llegada del verano y las altas temperaturas interfieren cada año en la calidad del sueño, perjudicando el descanso. Durante el periodo estival, las horas de luz aumentan, retrasándose la producción endógena de melatonina, la hormona necesaria para conciliar el sueño. Esto, unido a los cambios de rutina diaria como cenar más tarde o hacerlo en exceso provocan alteraciones en el sueño dificultando su conciliación y mantenimiento durante la noche.

Además, las temperaturas elevadas pueden provocar la aparición de Estrés Término Nocturno, motivado por la acumulación de los efectos de exposición continua a altas temperaturas diurnas y nocturnas por encima de 25 grados. El resultado de no descansar bien durante la noche, tiene efectos negativos durante el día como la fatiga, la somnolencia diurna o problemas de concentración e irritabilidad.

De hecho, un reciente estudio internacional realizado en localidades del sur de España, coordinado por la Universidad de Santiago de Compostela y publicado en la revista científica Epidemiology, advierte de que el calor nocturno excesivo constituye un factor de riesgo para nuestra salud, y puede ser una causa de mortalidad, ya que impide que el cuerpo descanse y se recupere del estrés térmico sufrido por el día. Para entrar en la fase de sueño profundo, el cuerpo necesita bajar el pulso, pero no puede hacerlo porque está trabajando para bajar su temperatura.

Por ello, FRIALTEC, el centro avanzado de investigación y desarrollo alimentario que diseña y desarrolla productos alimenticios enriquecidos de última generación en España, ha elaborado un decálogo con 10 consejos para ayudar a dormir mejor en esta época del año y favorecer el funcionamiento mental, emocional y físico de nuestro organismo.

DECÁLOGO PARA DORMIR BIEN EN VERANO

1.- Date una ducha de agua tibia antes de acostarte.

2.- Durante el día, trata de bajar las persianas de la habitación, así como cerrar las ventanas y las cortinas para evitar la entrada del sol y el calor a través de los cristales.

3.- Mete toallitas mojadas en el congelador y, antes de dormir, refresca ciertos puntos del cuerpo: nuca, muñecas, parte trasera de las rodillas, cuello y tobillos.

4.- Evita acostarte nada más cenar e intenta que transcurran, al menos, 2 horas desde la ingesta de comida y el momento de ir a dormir.

5.- A pesar de que sea verano y que, en algunas ocasiones, alteremos nuestros horarios, intenta mantener tus rutinas y horarios de sueño en la medida de lo posible.

6.- Elige bien el tipo de sábana: las de algodón ayudan a transpirar mejor.

7.- Si tienes aire acondicionado, ponlo en marcha media hora antes de acostarte. Si no tienes, cuando anochezca, abre las ventanas para que la habitación comience a ventilarse.

8.- Si tienes algún ventilador puedes poner unos cubitos de hielo frente a él y verás como el ambiente se mantendrá fresco por más tiempo.

9.- Mantente bien hidratado durante todo el día pero evita tomar grandes cantidades de agua antes de irte a dormir.

10.- Incluir en la dieta suplementos que contengan Omega 3 DHA o melatonina, contribuyen positivamente a un mayor y mejor descanso.

Si quieres incluir estos suplementos en tu dieta, una opción puede ser el complemento alimenticio Vidalim Aurum, compuesto por ácidos grasos esenciales Omega 3 con 1000mg de DHA, procedente de microalgas, lo que además lo hace perfecto para veganos, celiacos e intolerantes al pescado y la lactosa.

*Imagen: Unsplash