Moda

Uno de los desfiles más esperados de la Semana de la Moda de París es siempre el de Schiaparelli, no solo por el número de rostros conocidos que se sientan en primera fila, también por la propuesta siempre arriesgada. Bajo el título de ‘Estrella Solitaria’ el diseñador Daniel Roseberry presenta su nueva colección Ready to Wear para el próximo Otoño-Invierno pensada para las mujeres en su vida cotidiana.
«Como diseñadores, pasamos mucho tiempo pensando y hablando con las mujeres de nuestras vidas. ¿Cómo se visten en su vida cotidiana? ¿Qué les hace sentirse especiales y cómodas? ¿Qué quieren de su ropa?», se pregunta el director creativo de Schiaparelli.
«Mis observaciones me recordaron que las mujeres que conozco rara vez, o nunca, se visten para los hombres. Cuando se visten, es para otras mujeres, y lo que les importa son los elogios de las mujeres. Elsa tampoco tenía tiempo para la mirada masculina: Sí, colaboró con muchos artistas masculinos. Pero, aunque sus vestidos se confeccionaran con ellos, no estaban pensados para que ellos los miraran», continua el diseñador Daniel Roseberry.
Esa tensión, entre lo masculino y lo femenino, entre la sumisión y el control, entre la extravagancia y el rigor, confiere a esta colección su frisado. De hecho, esas dualidades han inspirado nuestros tejidos: A las piezas rígidas como las clásicas botas cowboy, se les ha dado una forma y un lustre femeninos. La piel labrada (otro elemento básico del código vaquero) se reinterpretó en cinturones, botas y bolsos. Un pequeño bolso de mano que parece confeccionado de finas láminas de cobre está en realidad creado a partir de una piel especialmente tratada. Lo que parece rígido es blando, y viceversa.
Gran parte del carácter lúdico de esta colección procede de sus yuxtaposiciones, trampantojos y dimensiones inesperadas.
Un motivo de plumas infladas se ha flocado en satén doble y estampado en terciopelo de neopreno esponjoso. La colección incluye un nuevo bolso de día con asa superior se ha agrandado hasta alcanzar proporciones épicas: un lugar donde una mujer puede guardar toda su vida sobre la marcha. Nuestro suave bolso Soufflé se presenta cubierto de cientos de relucientes tachuelas doradas. Lo que parece una falda column skirt confeccionada en tejido pesado jacquard es en realidad un hilo cortado ligero como el aire en puro marfil. Un body de flocado elástico parece ajustado, pero oscila como un leotardo.
La joyería dorada característica también se ha aligerado, y nuestros motivos favoritos (ojos, narices, ojos de cerradura) cobran nueva vida en pendientes y collares de metal dorado texturizado. Las siluetas rinden homenaje a mi infancia en Texas, donde ya entonces estudiaba la iconografía local: Hay versiones de prendas clásicas del rancho, como el duster coat, el vaquero bow-legg, las botas cowboy Red Wing, las botas cowboy y la hebilla del cinturón vaquero sobredimensionada (ésta decorada con códigos icónicos de la Maison: el ojo de cerradura y la langosta). Fueron prendas creadas para ser prácticas y que, con los años, se convirtieron en un estilo propio y reconocible.
También había algo más detrás de esta colección. En esta era posterior a las redes sociales, en la que muchos estamos cansados y disgustados de vivir a través de una pantalla, muchos nos preguntamos qué es lo que da sentido a la vida. El sentido surge del reconocimiento de lo que sigue siendo valioso en la vida: las cosas y las personas que no pueden repetirse. Las cosas y las personas que hay que experimentar física y personalmente. He pasado los últimos meses hablando menos y escuchando más.
«Quería hacer cosas que pudieran inspirar y que nunca pudieran ser replicadas por el fast fashion. Las mujeres de mi vida son estrellas solitarias: no hay nadie como ellas y nunca podrá haberlo. Espero que ellas, y todas las mujeres, sientan lo mismo por esta colección», concluye.
*Imágenes: cortesía