A menudo en la vida sufrimos directa o indirectamente las consecuencias de un estado de inflamación en el organismo: Ya sea una inflamación localizada, como es el caso de una lesión muscular o un fuerte golpe; o bien un estado de inflamación crónico y a menudo presente en nuestra vida cotidiana, como es el caso en personas que sufren de artritis, enfermedades y molestias intestinales, o han sido diagnosticadas con síndrome metabólico (un ligero aumento de la inflamación a nivel sistémico en general), por poner algunos ejemplos muy comunes.

Sea cual sea la batalla con la inflamación, la dieta y las pautas alimenticias que decidimos seguir suponen una herramienta indispensable para ayudar a reducir y/o prevenir los síntomas y las molestias causadas por los procesos inflamatorios. Desde Clínicas Cres nos aconsejan algunos tipos de alimentos que pueden ayudarnos a minimizar los daños causados por la inflamación, para que podamos identificarlos con más facilidad, y decidir eliminarlos o bien incluirlos en nuestra alimentación diaria.

Alimentos Proinflamatorios

  •  Grasas saturadas y grasas trans: Las encontramos sobre todo en cortes grasos de carnes (ternera, cerdo, cordero), productos fritos y ultraprocesados (papas fritas envasadas, «snacks» y chocolatinas, repostería y pastelería), productos lácteos grasos como la mantequilla y la nata, salsas y condimentos preelaborados, etc. Todos estos productos consumidos de una manera habitual favorecen la aparición de inflamación en el organismo, y nos harán más propensos a poder padecer enfermedades como obesidad, diabetes, la aparición de placas de ateroma y otras enfermedades cardiovasculares, aparte de empeorar la salud cutánea con la aparición más frecuente de granos, espinillas, etc.
  • Azucares añadidos: Bebidas refrescantes, energéticas o incluso zumos comerciales, galletas y bollos empaquetados, dulces y pasteles, así como salsas de tomate, cereales para el desayuno o yogures que no sean naturales; estos son algunos de los productos de consumo más común donde encontramos una cantidad excesiva e innecesaria de azúcar que añadimos a nuestro cuerpo en cada toma, adicionalmente al aporte regular y saludable de azúcares provenientes de la degradación de hidratos de carbono. Al igual que las grasas `malas´, los azucares añadidos en exceso provocan un aumento del estado de inflamación, modificando las respuestas normales de nuestro cuerpo al procesamiento de algunos nutrientes e incluso pudiendo modificar la expresión de nuestros genes, traduciéndose nuevamente en la aparición de signos y marcadores de riesgo para sufrir enfermedades relacionadas con la inflamación.

Alimentos Antiinflamatorios

Por suerte existe una gran y deliciosa variedad de alimentos y nutrientes que nos ayudarán a protegernos contra una inflamación excesiva, o que pueden servirnos para reducir las incomodidades causadas por ella. En esta lista encontramos algunos de nuestros favoritos:

  • Frutas y verduras: Obviamente, en el top de la lista no podía caer otro tipo de alimentos que los de origen vegetal, en especial en crudo, por su gran contenido en sustancias beneficiosas en lucha contra la inflamación, entre las que destacan las vitaminas (A,C y E), algunos minerales como el Selenio y el Zinc, y los polifenoles (sustancias que, aunque no se sean nutrientes esenciales, tienen gran poder antioxidante y son muy abundantes en vegetales frescos). Algunas de las frutas y verduras que mayor contenido de estos compuestos presentan para ayudarnos a combatir un estado de inflamación crónico son: Los frutos rojos, la familia de las coles (brócoli, kale, col de bruselas, etc.), granada, kiwi, piña, remolacha, uvas, papaya, tomate, ajo o cebolla.
  • Pescados azules, nueces, semillas de chía o de lino, o incluso algunos tipos de algas si nos atrae más lo exótico, son otra excelente fuente de alimentos que pueden ayudarnos a reducir la inflamación, pues están cargados de grasas `sanas´, es decir, grasas poliinsaturadas, y en especial las del tipo Omega-3 (ω-3) (Omega 3 de In•Vitta), que pueden resultar otro método eficaz para modular el metabolismo de una forma más antiinflamatoria.
  • Algunos productos fermentados, como el caso de yogures o leches fermentadas de tipo kéfir, que contienen un gran número de bacterias probióticas (Probiótico de In•Vitta), las cuales también pueden ejercer un efecto positivo, sobre todo a nivel intestinal, modulando la composición de microbios que habitan en nuestro tracto digestivo. Si somos más aventureros/as, también podemos probar otros productos fermentados menos conocidos como fuente de nuestra dosis de bacterias sanas, como el kimchi (col china fermentada), el miso, o el chucrut.
  •  El jengibre y la cúrcuma (Cúrcuma de In•Vitta) son dos raíces con propiedades antiinflamatorias naturales excelentes, que podemos incluir en nuestra cocina para darle un toque nuevo a nuestras recetas favoritas, o bien tomarlas en infusiones frías o calientes, al igual que el té verde y el té negro. Todos ellos nos ayudarán a mantener activas las defensas endógenas contra la inflamación.

Desde Clínicas Cres, además de seguir estas pautas de alimentación, recomiendan los complementos nutricionales de In•Vitta, cuyo objetivo es generar un efecto antiinflamatorio, como son Omega 3, Cúrcuma y Articula+ (este último principalmente para casos en los que la inflamación se encuentre a nivel articular).

*Imagen: Getty Images