Sí, has leído bien: el clímax también se ejercita. Y, como en cualquier otro deporte, la destreza solo se logra practicando mucho y compitiendo de cuando en cuando (a ser posible, en primera división, pero hay que estar preparadas para posibles chascos que no todo es oro ahí fuera). “El primer paso, es conocer bien nuestro cuerpo, lo que nos gusta en los juegos íntimos, lo que más nos estimula y aquello que nos produce una respuesta física más intensa. Si no conocemos nuestro propio potencial, de alguna manera estamos dejando nuestro placer y satisfacción en manos ajenas”, explica Oli Acosta, socia fundadora de La Juguetería, boutique erótica con sedes en Madrid y San Sebastián.

© Marc Philbert
© Marc Philbert

Como diría Vicente del Bosque en una rueda de prensa cualquiera: para ganar hace falta tocar mucho el balón en los entrenamientos y tirar mil veces a puerta. En el terreno de lo sexual esto se traduce en trabajos manuales en solitario antes de entrar a competir. Sin prisas y sin presiones. A tu ritmo. “Hay que explorar el cuerpo y la fantasía, dejar de lado el miedo a producirnos placer a nosotras mismas y entender la vivencia plena de nuestra sexualidad como una responsabilidad totalmente nuestra”.

© Katrine Rohrberg
© Katrine Rohrberg

Cuanto más claro tengas qué te gusta y cómo lograrlo, mejor responderás en el acto sexual, para que este sea infinitamente más placentero. Es cuestión de ensayo y error: toco aquí y pasa esto, toco allá y pasa lo otro. Sin caer en la torpeza –muy masculina, por cierto– de buscar el orgasmo a toda costa, sino el placer durante todo el acto. De hecho, hay ocasiones en que este sobreviene casi de tapadillo, sin que los ojos te hagan chirivitas y con la amarga sensación de que ‘hoy no ha sido para tanto’. Acosta entiende que hay días para todo: “El placer que alcanzamos con el orgasmo depende de varios factores. Aunque potencialmente puedan ser muy satisfactorios, la realidad nos muestra que hay días y días, incluso rachas en las que parece que no hay manera de alcanzar el máximo disfrute”.

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Los sexólogos se hartan de recomendar que a la cama se vaya sin equipaje. Nada peor que estar en medio del acto con la cabeza centrifugando esa presentación de mañana a un cliente o repasando la lista de invitados a un evento. Lo primero es estar a lo que estamos. Después, dar rienda suelta a la fantasía. Sin pudor. El sexo consentido y responsable entre dos adultos no debería conocer límites y aquí cada cual sabe qué le excita.

A los más tímidos les basta con echar mano de la imaginación; los más atrevidos, entran en un parque temático del hedonismo donde lo difícil es elegir: “Actualmente hay opciones estupendas en el mercado de los juguetes y accesorios sexuales que pueden convertirse en los perfectos aliados para lograr el máximo disfrute”. En esta lista del lifestyle erótico entran moda fetish en cuero y látex, la lencería erótica, los libros de temática sexual, el porno independiente, los perfumes de feromonas, los instrumentos específicos para dar placer… Es cuestión de probar. Porque, como decían las madres cuando nos obligaban a comer algo que no queríamos: si no lo has probado, ¿cómo sabes que no te gusta? Olvídate de los dildos vulgares. El diseño ha irrumpido con fuerza en el sector y los artilugios sexuales ahora parecen pequeñas esculturas de arte independiente.

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Volviendo a Del Bosque, ¿y si, además de rodearnos de una buena equipación para tirar a puerta, metemos al equipo en el gimnasio para que sean más resistentes y atinados en el terreno de juego? En el negocio del placer femenino esto se traduce por entrenar la musculatura vaginal contrayendo y relajando internamente: “Esto conlleva dos beneficios simultáneos: mejora el estado del suelo pélvico para evitar patologías habituales en la mujer tras los partos, y capacita para disfrutar más y mejor del sexo y de los orgasmos”. Mucho ha llovido desde que allá por los años 40 el doctor Arnold Kegel enseñara a sus pacientes a ejercitar esos músculos, aunque los ejercicios, en esencia, se siguen practicando igual. Pero, ¿qué tal si introducimos algo de tecnología del siglo XXI?

En este sentido, el último cachivache en llegar al mercado erótico es el dispositivo inteligente Luna Smart Bead by Lelo. Dejemos que se preente él mismo…

Este ingenio memoriza el tono muscular de la vagina de su usuaria y ofrece cinco niveles de ejercicios guiados por vibración. Allá donde vibra el invento hay que contraer el músculo y relajar cuando el aparato lo pida. O lo que es lo mismo, tensar el músculo para tonificarlo cono si estuviéramos haciendo pesas en el gimnasio. Suena sencillo pero lleva tiempo. Usado regularmente se aumenta el control consciente de esa zona (al final, sabes cómo manejar a tu antojo cada una de las fibras musculares de esa región) y esto optimiza nuestras sensaciones sexuales. Este aparato, por cierto, está facturado en silicona suave y es sumergible.

© Serena Becker
© Serena Becker

Otra opción menos mecanizada son las bolas chinas de toda la vida. Por supuesto, con diseño de vanguardia: “En este sentido, me gusta el kit progresivo de bolas vaginales AMI by Je Joue, compuesto por tres bolas de distintos pesos y tamaños”. Se usará una u otra en función del nivel de tonificación (por así decirlo, y una vez más, igual que los pesos del gimnasio).

Están pensadas para que podamos incorporar el entrenamiento pélvico a nuestra vida cotidiana de forma fácil ya que, como no se ven, pueden usarse en cualquier momento del día”, apunta Acosta. Están fabricadas en silicona, un material donde las bacterias no suelen anidar. Además, se pueden hervir para desinfectar por completo.

Usados con disciplina estos artilugios tonifican y ¡de qué manera! Teniendo en cuenta que el orgasmo no es sino la contracción natural de esos músculos con consecuencias en las terminaciones nerviosas próximas, sobra decir que el clímax será mucho más intenso. Para ti y para tus compañeros varones: “Controlar la musculatura vaginal a voluntad nos permite aumentar nuestro placer durante la penetración. Además, lo de en un determinado momento contraer el músculo y oprimir ligeramente el miembro masculino, a ellos les encanta”. Por si fuera poco, se mejora la irrigación sanguínea de la zona y la lubricación. De este modo se soluciona una de las quejas de muchas mujeres maduras que ven cómo, aunque tengan deseo sexual, su cuerpo no responde humedeciéndose como en tiempos pasados. Ah, y tal como quería el doctor Kegel, se previenen posibles casos de incontinencia urinaria. Todo ventajas y solo tienes que dedicarle unos minutos al día… ¿A qué esperas?

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