Angelina Jolie, Enviada Especial de ACNUR, tiene una poderosa voz que no duda en alzar siempre que puede, para dar visibilidad a problemáticas que el mundo tiende a olvidar: desde la crisis de los refugiados hasta la violencia sexual contra las mujeres (que hasta el estallido del escándalo Weinstein no había importado lo más mínimo).

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Y de esto último ha hablado mucho y muy bien en la conferencia de Naciones Unidas celebrada esta semana en Vancouver y dirigida a evaluar la efectividad de las misiones de paz de la organización: «[El abuso sexual] es más barato que una bala y tiene consecuencias que se desarrollan con una previsibilidad repugnante que la hacen tan cruelmente efectiva», explicaba la actriz, que ha detallado cómo este comportamiento se usa tanto como arma de guerra como herramienta de sumisión, en cualquier sociedad contemporánea, que impide que las mujeres alcancen una igualdad real frente a los hombres.

«La violencia sexual está en todos lados, en la industria en la que yo trabajo, en el mundo de los negocios, en las universidades, en política, en el ejército y en todos y cada uno de los rincones del planeta», añadía. «Con demasiada frecuencia, estos crímenes contra las mujeres son menospreciados, infravalorados y descritos como ofensas leves perpetradas por personas que no saben controlarse, o que están enfermas. Pero un hombre que maltrata de esa forma a una mujer no está necesitado de sexo, es simplemente un abusador».

La estrella ha acompañado además su discurso de cifras espeluznantes que ponen de manifiesto que este tipo de violencia se encuentra todavía demasiado arraigada y nadie está haciendo todo lo necesario para erradicarla: «Sucede día tras día, lo sabemos. Está en nuestras pantallas de televisión, en nuestros periódicos. Entonces, ¿por qué nada cambia?», se quejaba mientras exponía los tres mitos que rodean este tipo de abuso de poder:

  • Es un comportamiento sexual: «Un hombre que maltrata de esta manera no tiene un problema, ni necesita sexo de manera especial; es un abusador. Es una violación y un ataque diseñados para torturar, para aterrorizar y humillar. No tiene nada que ver con el sexo y mucho con el abuso de poder»:
  • No es suficientemente grave: «Nunca es un tema central en las negociaciones de paz. No se toma como algo suficientemente grave como para organizar juicios y encarcelar a los responsables».
  • No podemos hacer nada por evitarlo: «Los países tienen las leyes, las instituciones y la experiencia en la recogida de pruebas para hacerlo. Lo que hace falta es verdadera voluntad política».

Aquí puedes ver un corte de su discurso: