Moda

En el segundo día de la Semana de la Alta Costura en París, Chanel logró capturar todas las miradas al celebrar su 110º aniversario en la Alta Costura.
Un desfile marcado por la transición entre Virginie Viard y Matthieu Blazy en la dirección creativa, la colección mostró una perfecta sinergia entre el legado clásico y las sensibilidades modernas.
Con una atención meticulosa a los detalles y una narrativa que rinde homenaje a sus orígenes, Chanel ofreció una experiencia inolvidable que reafirma su posición como referente de la elegancia atemporal.
Colores pastel, el toque de la temporada
Los tonos pastel dominaron la paleta cromática del desfile, evocando una sensación de frescura y romanticismo.
Desde rosas pálidos hasta lavandas sutiles, cada pieza capturó la delicadeza propia de la maison, mientras se integraban con bordados florales y detalles en perlas. Estos colores reflejan una reinterpretación contemporánea de la feminidad clásica que define a Chanel.
El tweed como elemento imperdible
No podría faltar el icónico tweed, que en esta colección se transformó en conjuntos de dos piezas con cortes modernos y texturas enriquecidas.
Desde chaquetas estructuradas hasta faldas midi con detalles deshilachados, el tweed se reinventó con tonos inesperados, demostrando que este tejido sigue siendo el alma de la casa.
Las mini faldas están de vuelta
Las mini faldas se robaron el protagonismo con una estética juguetona pero refinada. Virginie Viard demostró cómo equilibrar lo atrevido y lo elegante, combinándolas con blusas fluidas y chaquetas estructuradas, convirtiéndolas en piezas versátiles para la mujer moderna.
Hombreras que dan personalidad
Las hombreras amplias hicieron un regreso triunfal, otorgando una silueta poderosa y confiada a cada look. Este detalle estructural realzó los conjuntos de chaquetas y vestidos, recordando la estética ochentera pero con un enfoque sutil y refinado.
Solapas satinadas, un toque distintivo
El satén tuvo un papel crucial, adornando las solapas de chaquetas y abrigos con un brillo elegante. Este detalle elevó la sofisticación de las prendas, convirtiéndolas en piezas ideales para la noche.
volantes en diversas capas
Los volantes se presentaron en capas etéreas que fluían con cada paso de las modelos. Apareciendo en vestidos largos y faldas asimétricas, aportaron un movimiento dinámico que contrastó con las líneas estructuradas del resto de la colección.
El cierre con el vestido de novia
Como es tradición, el desfile cerró con un espectacular vestido de novia. Esta vez, se trató de un diseño dulce y tierno en blanco marfil, adornado con bordados de plumas. Con una chaqueta con destellos plateados y un sombrero de cóctel, el vestido encapsuló la esencia del romanticismo de Chanel.
*Imágenes: cortesía