Louise Trotter debutó oficialmente como directora creativa de Bottega Veneta en un desfile que no solo celebró su llegada a la casa italiana, sino que también marcó un nuevo capítulo en la moda contemporánea.

Su nombramiento en diciembre la convirtió en la única mujer al frente de una gran firma en esta temporada de cambios en la industria. Y aunque ella misma insiste en que su éxito responde a su trabajo y a su identidad más allá del género, el peso simbólico de su aparición fue imposible de ignorar.

El desfile, celebrado en Milán, mostró un dominio absoluto de la artesanía que ha definido a Bottega Veneta por décadas. Trotter reinterpretó el icónico intrecciato con inteligencia y sofisticación: un abrigo tejido como escamas de serpiente, una capa de cuero que rozaba el suelo y un abrigo en azul denim adornado con plumas que parecía flotar al caminar. La maestría del trabajo manual se transformó en espectáculo vivo.

La colección también apostó por el movimiento como hilo conductor. Vestidos de microplisados con flecos, faldas construidas con tiras de cuero y suéteres brillantes elaborados en fibra de vidrio reciclada dejaron al público sin aliento.

Este material inesperado ofreció una textura única, con la apariencia de piel y el brillo del cristal. En tonalidades de naranja, rojo y azul plateado, las prendas parecían bailar con la luz, subrayando la visión experimental de Trotter.

En cuanto a siluetas, las proporciones fueron generosas, con hombros exagerados y pantalones de largos dramáticos que se recogían sobre los zapatos. Pero también hubo momentos de ligereza: vestidos de seda paracaídas que se deslizaban sobre el cuerpo, revelando un trabajo interior diseñado para realzar las caderas sin perder frescura. Fue una lección en contraste entre peso y levedad, volumen y fluidez.

Los accesorios ocuparon un lugar protagónico, en especial la reinterpretación de la icónica cartera que Lauren Hutton convirtió en leyenda en American Gigolo. La actriz estuvo en primera fila para presenciar cómo este bolso regresaba a la pasarela con la misma atemporalidad que ella misma encarna.

Con este debut, Louise Trotter dejó claro que no vino a jugar seguro, sino a transformar. Fue un comienzo dulce, audaz y profundamente Bottega Veneta. El futuro de la casa, sin duda, respira en sus manos.

*Imágenes: Getty Images