La Semana de la Moda de París comienzan con un viaje a través del tiempo y la innovación, combinando tradición con la vanguardia del futuro.

Los diseñadores profundizaron en los archivos para reinterpretar el pasado mientras proyectaban una visión hacia adelante, creando colecciones que celebran la capacidad de la industria para innovar y al mismo tiempo honrar su pasado.

Uno de los momentos destacados fue el desfile de Dries Van Noten, donde el diseñador belga fusionó historia y fantasía con maestría.

Desde abrigos majestuosos con toques contemporáneos hasta faldas que evocan épocas pasadas con un toque vanguardista, Van Noten demostró su habilidad para combinar lo antiguo con lo nuevo en cada prenda.

La tradición también se hizo evidente en las invitaciones elaboradas de los desfiles, que continúan siendo una parte esencial de la experiencia de la moda en la era digital.

A pesar del cambio tecnológico, las principales casas de moda siguen dedicando tiempo y esfuerzo a crear invitaciones imaginativas que reflejan el tema de sus colecciones, destacando el compromiso de la industria con la artesanía y la creatividad.

Courreges presentó una visión futurista y vendible en su desfile, donde cada pieza era un estudio de sofisticación minimalista y baja energía.

Con influencias que van desde la era espacial hasta la moda de los 90, el diseñador Nicolas di Felice reinventó la visión fundacional de Courreges con un toque contemporáneo, introduciendo elementos geométricos y utilitarios que hablan de aventuras intergalácticas.

Los desfiles de otoño en la Semana de la Moda de París se declaran como una celebración de la historia, la innovación y la creatividad en la moda.

Desde reinterpretaciones del pasado hasta visiones del futuro, cada colección fue un testimonio del poder de la moda para inspirar y sorprender.

*Imágenes: cortesía