Rojeces repentinas, picor tras la ducha, tirantez sin motivo o esa sensación de “la crema me escuece todo”. Si tu piel parece tener vida propia, puede que seas de las que lidian con una piel sensible o reactiva, dos condiciones que —aunque se parezcan— no son lo mismo. Saber diferenciarlas es el primer paso para cuidarlas correctamente y recuperar el equilibrio. Nos lo cuenta Dámaris Plá Sánchez, farmacéutica experta en dermofarmacia y cosmética y portavoz de Druni.

No, no estás exagerando, hay pieles que realmente se alteran con facilidad. “La piel reactiva se describe como una piel con una respuesta exagerada frente a determinados estímulos directos o indirectos como pueden ser algunos ingredientes cosméticos, cambios de temperatura, realizar ejercicio físico, contacto directo con ciertos alimentos o al ingerirlos, e incluso emociones como el estrés”, explica Dámaris Plá Sánchez, farmacéutica experta en dermofarmacia y cosmética y portavoz de Druni.

Esa hipersensibilidad puede manifestarse de muchas formas: “Se suele manifestar habitualmente con picor, escozor, quemazón, tirantez y en algunas ocasiones con enrojecimiento visible, añade la expertaSi te suena familiar, tu piel te está pidiendo un respiro (y una rutina calmante).

Piel reactiva y piel sensible: las diferencias reales

Aunque se suelen confundir, piel sensible y piel reactiva no significan lo mismo. “Toda piel reactiva es sensible pero no todas las pieles sensibles tienen respuestas como las pieles reactivas”, aclara la experta. “Las pieles sensibles serían el término más amplio de esta condición, donde la persona experimenta molestias con distintos estímulos; sin embargo, las pieles reactivas las podríamos catalogar como un subtipo de piel sensible donde las respuestas a estímulos son más intensas y rápidas”, añade.

Un ejemplo práctico es que “una persona con piel sensible podría notar, tras usar un nuevo limpiador facial, tirantez en su rostro. Por otro lado, una persona con piel reactiva podría tener enrojecimiento, quemazón o picor tras este primer uso”. En resumen, la piel sensible se queja, la reactiva protesta a gritos.

Causas de la piel reactiva: más allá de la cosmética

¿Por qué unas pieles reaccionan más que otras? La farmacéutica Dámaris Plá Sánchez señala que hay varios factores implicados. “Existen múltiples causas como factores ambientales, es decir, cambios estacionales, frío, calor, contaminación, radiación UV, viento, etc. También factores internos, como la genética, alteraciones hormonales, tratamientos crónicos, enfermedades cutáneas previas, estrés, ansiedad, etc. Sustancias alérgenas e irritantes, como fragancias, conservantes, exfoliantes y otros activos en altas concentraciones, y factores de la propia piel, como la alteración de la barrera cutánea”, cuenta la farmacéutica

Además, el estilo de vida también influye más de lo que parece. “El insomnio o el sueño irregular empeoran la reparación cutánea y la función barrera, pudiendo contribuir a este tipo de condición en nuestra piel”, añade la farmacéutica. Y no solo eso: “Ciertos alimentos pueden alterar la microbiota y llevar a cabo procesos inflamatorios sistémicos que se verán reflejados en nuestra piel también”, añade. Y el estrés, por supuesto, tampoco ayuda. “El estrés y la ansiedad contribuyen a la liberación de mediadores inflamatorios de la piel, pudiendo afectar igualmente a que tengamos este tipo de afección cutánea”.

Cómo calmar una piel reactiva (y mantenerla en calma)

Si tu piel se irrita con facilidad, la solución pasa por una rutina lo más sencilla y constante posible. “Para cuidar una piel reactiva tenemos que tener tres ideas claras y definidas: reparar la barrera cutánea, calmar nuestra piel y, por supuesto, disminuir los estímulos que puedan causar este tipo de respuesta”, resume la farmacéutica. En la práctica, eso significa apostar por fórmulas suaves y efectivas. “A nivel de cosméticos, lo ideal sería buscar activos calmantes, hidratantes y reparadores, evitando perfumes, exfoliantes AHA y BHA en altas concentraciones, determinados tipos de alcoholes, etc.”, añade.

Si tu piel es sensible, aunque no tan reactiva, el enfoque será similar, pero con una diferencia importante: “Deberíamos evitar los cambios de productos en nuestra rutina y mantenerlos al menos dos semanas para poder observar la tolerancia de nuestra piel”, recomienda la farmacéutica. Además, insiste en la importancia de elegir productos diseñados para pieles sensibles: “Esto implicará que las pruebas de tolerancia se realizaron en población con piel sensible y podremos adquirir productos que se adapten mejor a nuestro tipo de piel”, añade.

Los activos que tu piel sensible amará

Para reforzar la barrera cutánea y calmar las molestias, hay ingredientes que funcionan como auténticos salvavidas. “Activos reparadores y protectores (ideales para piel reactiva y también para piel sensible), como ceramidas, ácido hialurónico, pantenol o glicerina. Activos calmantes, como centella asiática (madecassoside), niacinamida o caléndula”, enumera la experta. Estos ingredientes ayudan a devolver la comodidad a la piel, mantener la hidratación y evitar esa sensación de ardor o tirantez que tanto incomoda.

Tener piel reactiva no significa renunciar a una rutina cosmética, sino aprender a leer sus señales. Elegir fórmulas respetuosas, evitar los cambios bruscos y cuidar también factores internos —como el descanso y la gestión del estrés— es parte del tratamiento. Como dice la farmacéutica Dámaris Plá Sánchez, todo empieza por reparar, calmar y proteger. Y, sobre todo, por entender que, como tú, tu piel solo necesita que la escuches.

Productos para pieles sensibles

Toleriane Sensitive Rica de LA ROCHE POSAY (14.99 euros en Druni)

Esta crema hidratante prebiótica ayuda a restaurar la función barrera y aporta confort inmediato gracias a su fórmula rica en glicerina, ceramidas y agua termal.

Sensibio Gel Moussant de BIODERMA (10,40 euros)

Un limpiador tan suave que parece hecho para la piel más frágil. Su fórmula micelar sin jabón ni sulfatos limpia sin alterar el equilibrio cutáneo, respetando el pH natural y evitando la sensación de tirantez.

 

Rosaliac Uv Legere de LA ROCHE POSAY (18,99 euros)

Pensada para pieles que se enrojecen con facilidad, esta crema hidratante con protección solar calma y uniformiza el tono del rostro gracias a ingredientes como la vitamina CG y la cafeína.

Crema Rica Anti-Rojeces de URIAGE (23,50 euros)

Esta crema rica nutre y protege la piel mientras refuerza la barrera cutánea gracias al agua termal de Uriage y al complejo SK5R, que limita los factores responsables de la inflamación.

*Imágenes: cortesía