Ya estás inmersa en el plan detox post-navideño para tu cuerpo (más te vale), pero aún hay un aspecto que solemos descuidar y que puede que nos haga arrepentirnos: nuestra piel. Los excesos (además del frío) y las vacaciones también pasan factura beauty a nuestro rostro. Por eso hemos querido aprender a desintoxicar la piel (y enseñarte, claro) de mano de los expertos.

Porque la clave para estar guapa y renovada por fuera es actuar desde dentro. Así que Guerlain nos ha contado los cinco pasos que te harán olvidarte de la piel asfixiada para dar la bienvenida a una nueva y luminosa cien por cien preparada para afrontar el año que comienza.

© Wu Gui Qi / Mondadori

1. Limpiar (esencial en la ciudad)
No importa que no te maquilles: la limpieza es imprescindible porque retira las partículas de contaminación que se depositan sobre ellas y causan una cascada de radicales libres. Nuestro consejo es usar primero una fórmula cremosa y, después, una limpiadora al agua. El resultado de esta doble limpieza es una piel radiante que además absorbe mejor el tratamiento que se aplica a continuación.

Lait de Beauté y Mousse de Beauté, de Guerlain. © Cortesía de la firma

2. Detoxificar las células de la piel
Cada día, todas nuestras células acumulan residuos (y luego los eliminan). Las células de la piel no son una excepción: su actividad genera micro-desechos naturales que expulsa al exterior, al agua que hay entre las células cutáneas. En una piel joven y sana, el propio organismo purifica el agua de forma natural. Pero el cansancio, la edad, la contaminación… provocan que esos mecanismos naturales no funcionen correctamente. El resultado es que empeora la fijación del ácido hialurónico, se altera la síntesis de acuaporinas (las moléculas que transportan el agua), y se frena la producción de colágeno, elastina y fibulina-5. En resumen: la piel se ahoga, se deshidrata, envejece.

Super Aqua Serum de Guerlain, con complejo Aquacomplex, que estimula la síntesis de clusterina, para estimular la detoxificación de la piel. © Cortesía de la firma

3. Eliminar del azúcar refinado
No, no nos referimos (sólo) al azúcar que se echa en el café… El pan blanco o la pasta se transforman también en azúcar cuando entran en el cuerpo y causan auténticos destrozos en la piel. Prueba a renunciar a todos los azúcares refinados (así, sin concesiones) durante una semana y comprueba el efecto en tu piel… ¡Te sorprenderá cómo mejora!

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4. Tomar probióticos naturales
Las bacterias de nuestro intestino son responsables de muchísimos procesos del organismo, ¡y no sólo en el sistema digestivo! Una flora bacteriana equilibrada y sana también se ve y se siente en la piel: se conoce su influencia en patologías cutáneas como la psoriasis, rosácea, eczema y acné, todas enfermedades de origen inflamatorio. Por eso, cuando nuestro intestino va bien, la piel se encuentra también en buena forma. Las mejores fuentes de probióticos son los yogures, el kéfir y los alimentos fermentados como el chucrut, el kimchi coreano, los encurtidos, el té fermentado kombucha y ¡también una copita de vino!

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5. Realizar un peeling semanal
La exfoliación es un tratamiento excelente para renovar la piel (siempre y cuando no la irritemos y causemos inflamación celular). La noche es el momento perfecto de aplicación, pues estimula la regeneración natural que se produce durante el sueño y, además, tenemos la epidermis a salvo de las agresiones medioambientales que se producen durante el día.

Gommage de Beauté de Guerlain, que no contiene micropartículas abrasivas, sino que basa su acción en el poder de las enzimas exfoliantes del ácido cítrico, ácido láctico y ácido glicólico. © Cortesía de la firma