Los rubios nos enamoran y a veces es casi imposible resistirse a ellos por su luz y frescura. No todos los rubios son iguales y no todos nos van a favorecer de igual manera. Por eso, el asesoramiento es fundamental para encontrar el rubio que mejor nos haga brillar. También, en ocasiones debemos ser pacientes, sobre todo, si nuestra elección es una tonalidad muy clara.

Beyoncé, Tini Stoessel, Camila Cabello, Ariana Grande y Nicole Kidman son algunas de las famosas que ya se han pasado al rubio.

Asesórate y descubre qué rubio es para ti

Hay un rubio para ti, pero no todos te sientan igual de bien. Por eso, un profesional puede indicarte cuál es la tonalidad que hará resaltar mejor tu imagen: «Para escoger adecuadamente el tono hay que observar la tonalidad de la piel, así como si hay matices fríos o cálidos. También el color de los ojos, de hecho algunos profesionales solo tienen en cuenta este aspecto, ya que es un color que no varía. Sin embargo, la piel puede cambiar según la estación. También es preciso tener en cuenta otros aspectos que hacen que la tonalidad escogida sea factible como el color de base, el estado de salud del cabello, la textura, etc.», explica Mª José Llata de Peluquería Llata Carrera, en Santa Cruz de Bezana (Cantabria).

El punto de partida determina el de llegada

No siempre podremos conseguir nuestro rubio soñado en una sola sesión. El color de base que tengamos, el estado de nuestra melena y el tono que deseamos puede obligarnos a hacerlo en varias sesiones: «El rubio es un color muy demandado, porque siempre rejuvenece, más aún cuando está bien trabajado y con un aspecto uniforme. Pero debemos tener claro que este tipo de trabajos requieren muchas horas de salón y en ningún caso podemos realizarlos en casa. Si tu base es muy oscura y/o deseas un rubio muy claro, necesitarás varios procesos de decoloración para no castigar tanto la melena. Además, la salud de tu melena marcará hasta qué punto se puede aclarar, y puede que sea más oscuro que el rubio que tenías pensado», afirma Miguel Blingpeluquero, maquillador y director de You Glow Salon, en Madrid.

Ponte en manos expertas para asegurar el resultado

Realizar un buen trabajo de decoloración determinará, no solo el resultado inmediato, sino también cómo se va a mantener ese color y esa melena en el tiempo. «Para que la textura del cabello no cambie, la decoloración debe realizarse a bajos volúmenes y dejarla actuar el tiempo adecuado para evitar sensibilizar en exceso la estructura interna. Lo ideal es usar decoloraciones con sistemas bonding para fortalecer los puentes capilares. Si no es posible, tras la decoloración aplicaremos un tratamiento que contenga fitoqueratina, proteína hidrolizada o aminoácidos para reforzar el cabello internamente. También hay que hacer un buen diagnóstico previo para determinar la altura de color actual y la altura deseada, y cuantos procesos de decoloración serán necesarios para conseguirla, teniendo en cuenta que lo haremos a bajos volúmenes», señala Conchi Arias, fundadora de Campos Curlyhair, en Granada.

Mejor haz el cambio de forma progresiva

Pasar de morena a rubia puede es un cambio bastante drástico. No solo afecta a tu imagen, sino que también implica adaptar tus rutinas de cuidado capilar. Para evitar un cambio demasiado brusco y facilitar la adaptación, es recomendable hacerlo de forma progresiva. «Una buena opción es comenzar por unas mechas, como balayage, babylights o money-piece, para que el cambio sea más gradual. Esto reduce el riesgo de daño en el cabello y nos permite ir personalizando el color, ya que a veces, nos imaginamos un resultado que no coincide con la realidad y no nos acabamos de gustar. Además, el cabello rubio, y más aún si no es natural, exige bastante mantenimiento, algo a lo que también tendremos que acostumbrarnos: cuidados en casa y también visitas regulares al salón para matizar y evitar el efecto raíz. Hay que tenerlo todo en cuenta», comparte Charo García, directora de Ilitia Beauty & Science en Balsameda (Vizcaya).