Moda

El verano ya es recuerdo en el carrete del móvil, pero el otoño llega con su propia banda sonora: días más cortos, armarios que piden capas y la necesidad de encontrar un nuevo ritmo. No hablamos de resignarse a la “vuelta a la rutina”, sino de abrazar la estación como un reinicio personal y estilístico.
Juega al arte de las capas
El entretiempo es terreno de trenchs ligeros, blazers oversize y jerséis de punto fino. La clave está en la superposición: una camisa blanca + chaleco + abrigo fluido y tienes el look urbano perfecto.
Colores que abrazan
Este otoño pide tonos tierra, burdeos, verdes bosque y el inevitable gris piedra. Pero también hay hueco para un acento inesperado: un bolso mostaza, unas botas en rojo cereza.
Ritual de piel en modo cozy
El cambio de estación reseca, así que toca resetear la rutina beauty. Piensa en limpiadores suaves, sérums con ácido hialurónico y cremas nutritivas. Y sí, la SPF sigue siendo imprescindible.
El accesorio salvavidas
Las botas son el comodín del armario otoñal: desde las biker hasta las altas estilo años 70. Añade bufandas maxi y gafas de sol (sí, siguen funcionando en septiembre y octubre) para completar cualquier estilismo.
Comer de temporada, vestirse de temporada
Granadas, calabazas, setas… El otoño también entra por la mesa. Igual que el armario: apuesta por tejidos cálidos y naturales (lana, algodón grueso, pana) que acompañan sin agobiar.
Microplaceres urbanos
Un café caliente en terraza, una tarde de cine, una escapada rápida al campo. El otoño se disfruta cuando dejamos de pensar en lo que “ya pasó” y ponemos foco en lo que se abre ahora.
El otoño no es un paréntesis triste: es la estación que nos enseña a reconectar con lo esencial. Vestir capas, encender velas, disfrutar de lo sencillo. El verdadero lujo de septiembre y octubre no está en comprarlo todo nuevo, sino en estrenar la manera en que miramos lo que ya tenemos.
*Imágenes: Pexels