El mundo de la cosmética ama la novedad, los nuevos principios activos, los complejos innovadores y las nuevas fórmulas. Sin embargo, en esta carrera por productos cada vez más nuevos y eficientes, ciertos activos resisten y no envejecen. Es el caso del retinol. De hecho, se trata del activo con más evidencia científica sobre la piel.

“Está científicamente comprobado que la acción del retinol interviene tanto en la superficie de la piel -también llamada epidermis- como en profundidad -la dermis- para combatir los distintos signos del envejecimiento cutáneo. Sin embargo, muchas personas tienen miedo a incluirlo en su rutina porque habrán escuchado en numerosas ocasiones la irritación que produce y hoy me gustaría enterrar este mito. Por ello, he creado una guía para comenzar a usar retinol, así como sus indicaciones y propiedades”, asegura la farmacéutica Belén Acero.

¿Qué es el retinol?

El retinol es un derivado de la vitamina A.  Este es considerado por la mayoría de los expertos y dermatólogos como el activo todoterreno en el cuidado de la piel. Los estudios han demostrado su eficacia frente a los signos del envejecimiento en la piel. Ayuda a mejorar las líneas de expresión y las arrugas, tiene también un efecto despigmentante (para mejorar las manchas, otro de los signos de la edad en la piel), favorece la síntesis del colágeno y también tiene acción antioxidante, para proteger de los daños que provocan los radicales libres (principales causantes del envejecimiento prematuro).

¿Qué hace el retinol sobre la piel?

El retinol es un activo cosmético que ha demostrado su eficacia contra los signos de la edad: mejora las arrugas y líneas de expresión, atenúa las manchas, corrige el tono irregular de la piel y la falta de luminosidad, mejora la firmeza, así como los poros dilatados y la textura irregular de la piel.

Además, el retinol, favorece la renovación celular para mejorar la piel. Eso sí, es mejor utilizarlo por la noche, que es cuando tiene lugar el proceso de renovación celular cutáneo. No es un activo fotosensibilizante, pero si es fotosensible, es decir, que se degrada y pierde su funcionalidad si le da el sol. Si no se ha utilizado nunca, el verano no será el momento más adecuado para empezar a utilizarlo, ya que nos puede irritar la piel y esa irritación, la radiación solar, puede dar lugar a una mancha o hiperpigmentación postinflamatoria.

Por el contrario, si se incorpora el retinol en primavera, otoño o invierno, se puede continuar con la misma rutina facial en verano. Muy importante tener en cuenta la reaplicación del protector solar de amplio espectro cada dos horas, uso de gorra o sombrero.

¿Cómo incorporar el retinol en la rutina de belleza?

Si eres principiante en el uso del retinol, no has de tener miedo ni pensar que te irritará la piel, siempre y cuando lo introduzcas bien en tu rutina de skincare. La piel debe pasar un proceso de retinización para que se acostumbre a este principio activo. Normalmente, suele durar de 4 a 6 semanas, donde la piel puede sufrir sequedad, irritación, enrojecimiento e, incluso, descamación. De ahí la importancia de incluirlo paulatinamente para evitar estos efectos secundarios.

  1. Aplica el retinol siempre por la noche para evitar que la radiación solar lo degrade.
  2. Comienza con una concentración baja de retinol con un efecto suave sobre la piel.
  3. El retinol se aplica sobre el rostro limpio y seco. Deberás esperar un tiempo para que se absorba por completo y sea más eficaz.
  4. Empieza de forma progresiva: la primera semana aplícalo solo dos noches no consecutivas, las siguientes dos semanas (y según el estado de tu piel) aplícalo 3 noches por semana; en la cuarta semana podrás aplicarlo cuadro noches, es decir, un día sí y otro no y, por último, en la quinta y sexta semana aplícalo todas las noches. Esto hará que tu piel quede retinizada y puedas ir aumentando su concentración.
  5. Deberás utilizar (sí o sí) protección solar a diario y reaplicarla cada dos horas. Apuesta por factores altos (preferiblemente 50+) para evitar reacciones adversas.
  6. Multiplica la hidratación y protección de la piel con activos que tengan una función barrera, es decir, que refuercen la barrera cutánea para evitar la pérdida de agua transepidérmica y, con ello, la deshidratación. Pues apostar por cremas faciales ricas en ceramidas, niacinamida o ácido hialurónico de distintos pesos moleculares.
  7. No combines el retinol con otros activos irritantes, como pueden ser los alfa hidroxiácidos, como el ácido glicólico, azelaico, cítrico o mandélico; o el ácido salicílico. ¿La razón? Tienen una acción exfoliante sobre la piel por lo que podemos alterarla y causar irritación, enrojecimiento, sequedad y descamación.
  8. Si dejas de usar retinol en tu rutina y luego vuelves a introducirlo, deberás pasar por el mismo proceso para retinizar la piel.
  9. Se recomienda utilizar mascarillas faciales ricas en principios activos hidratantes, reparadores y calmantes, como el aloe vera, el extracto de pepino o la centella asiática, para tolerar mejor el retinol. Recuerda que las mascarillas tienen una elevada concentración de principios activos.
*Imagen: cortesía