Moda
«Tengo la sensación de que los chokers son las nuevas coronas de flores…», comentaba Taylor Swift en su Instagram el pasado viernes, minutos antes de lanzarse a bailar en la explanada de Coachella. Y no se equivocaba: el festival con más famoso por metro cuadrado del planeta ha lucido gargantillas ajustadas al cuello a diestro y siniestro, desde Alessandra Ambrosio hasta la actriz Emma Roberts, dando rienda suelta al que será el hit de la temporada de festivales que ahora empieza.
Igual, por el nombre, no sabes muy bien de lo que hablamos pero por aquí nos jugamos la mano a que lo has llevado en más de una ocasión. El ahora conocido en todo el globo como choker (viene de choke, ‘ahogar’ en inglés, por lo ajustado que va al cuello) es la gargantilla de toda la vida, esa que en los noventa y principios de los dos mil tuvo su gran boom y que, ahora, celebrities, street style, y pasarela mediante, vuelve a tentarnos.
¿Cuál es su origen? Hubo choker antes de Geri Halliwell.
De hecho, tenemos que irnos un par de siglos atrás para entender las fases por las que ha pasado este collar ajustado antes de ser aliado de Spice Girls, brujas televisivas o una jovencísima Natalie Portman. Antes, mucho antes, el choker formó parte de la indumentaria de indios americanos y tribus del Este de África como la Maasai, donde el que las mujeres llevaran o no una ornamenta ajustada al cuello se entendía de diferentes formas.
Se dejaron ver en el s.XVIII en monarquías europeas como la española o la inglesa, pero no fue hasta la Revolución Francesa cuando, en el país galo, tomó un fuerte significado: el llevar un lazo rojo atado al cuello era un homenaje silencioso a aquellos que habían caído víctimas de la guillotina.
Ya en 1800, la connotación fue cambiando, y el choker en forma de lazo negro atado al cuello era signo de prostitución o, al menos, así se cree por la lectura de la Olympia de Manet; Edgar Degas también solía dibujar a sus famosas bailarinas con uno al cuello.
Durante el siglo XIX fue característica, en este sentido, la estética de Alejandra de Dinamarca, princesa de gales, cuyos múltiples viajes a la India la inspiraron para vestir diferentes ornamentos al cuello. Ya en el siglo XX, la tendencia volvió entre las clases más altas y las mujeres con poder comenzaron a lucir los que la revista Life denominó ‘dog collars’ (‘colliers de chien’ o collares de perro, por su similitud).
Y entonces, ay, llegaron los 90. ¿Qué te vamos a contar que no sepas ya?
Ahora, en pleno 2016 (aunque podríamos seguir la estela desde comienzos del pasado 2015), el choker vuelve a conquistarnos en sus mil y una versiones. Celebrities como Gigi Hadid, Kendall Jenner (porque eran demasiado pequeñas para llevarlos en los 90 y se quedaron con las ganas), Lily Aldridge o Alexa Chung estilizan su cuello a golpe de gargantilla, aprovechando la vuelta, también, del escote que deja los hombros al aire y de los vestidos lenceros y creando looks dignos de un puesto entre las mejores vestidas del año.
Ahora es tu turno. ¡A jugar!
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