Conozco a la recién nombrada presidenta de la Academia de las Artes Escénicas de España desde hace años. Cayetana Guillén Cuervo y yo siempre nos hemos respetado mucho, y cuando digo respeto incluyo cariño. En mi caso, como adicta a la cultura que soy, pero también como periodista y amante de la escena, especialmente del teatro, tener cerca a una mujer que es además miembro de una saga que tanto ha contribuido a la historia de la cultura en España, me convierte en lo que no soy, una groupie, que nada más enterarse del nombramiento la escribió para pedirle esta entrevista, realizada en varias conversaciones, tal es la vida acelerada de ambos. Y tan felices.

Estaba Cayetana contenta y orgullosa, feliz de continuar una labor académica iniciada por el anterior Presidente a cuya junta directiva ella pertenecía. Por eso me aseguraba tener “herramientas para seguir una tarea en la que he estado dejándome la piel con ellos”. Pero su visibilidad como personaje muy conocido y querido en el mundo de la cultura darán un mayor empuje, “además de  la importancia de ser la primera mujer en el cargo”.

La nueva Presidenta va a trabajar para “descentralizar la labor de la Academia y llegar a todas las Comunidades Autónomas. Hay muchos oficios de las artes escénicas que están en todas ellas y además hay que captar profesionales, nuevos académicos, porque es la manera de crear una institución fuerte que dignifica la profesión con retos prácticos”.

Charo Izquierdo.- ¿Qué va a significar Cayetana Guillén Cuervo para la Academia de las Artes Escénicas?

Cayetana Guillén Cuervo.- Además de mi espíritu continuista con el trabajo anterior, yo creo en el poder transformador de la palabra, del arte y la cultura que es la identidad del país. Qué sería de España sin Federico García Lorca, sin Juan Mayorga, sin Dalí, sin Picasso, sin Almodóvar, sin Buñuel… Las artes escénicas son una cosa muy seria. Ten en cuenta que incluye la música, el circo, la danza…, ¡mira Tamara Rojo, directora del English National Ballet de Londres!

Hay que tomárselo muy serio y tener una Academia muy fuerte y muy representativa. Por eso una de mis metas es que tengamos presencia en todas las Comunidades, pero también fuera de España. Además, conquistar la paridad, porque es importante que las mujeres ocupemos puestos de decisión. Y estoy convencida de organizar los Premios de la Academia de las Artes Escénicas, que son fundamentales para dar visibilidad a todo el trabajo, toda la cultura y todos los oficios que aglutina.

Ch.I.- Y el puesto más elevado para una mujer…

C.G.C.- Es muy importante que el filtro de la última opinión lo tenga una mujer. Estoy muy feliz porque significa que he hecho las cosas bien con todo mi activismo cultural.

Ch.I.- Es muchísimo el trabajo que tienes por delante.

C.G.C.- Mucho, y ya sabes que es un trabajo sin remuneración. Pero hay muchos grupos de trabajo y todo el mundo está muy motivado. Además, las instituciones están volcadas en colaborar.

Una de mis metas es que tengamos presencia en todas las Comunidades, pero también fuera de España

Es importantísima la labor divulgativa que lleva realizando Cayetana Guillén Cuervo desde finales de los años noventa, defendiendo el cine español, a través del programa Versión Española, de RTVE, que lleva emitiéndose desde 1998, vaya, que este año cumple 24 años. Pero también a través de Atención, obras, en parrilla ya seis temporadas. Si a eso le unimos sus participaciones radiofónicas, sus artículos periodísticos y su trabajo como actriz, podemos hablar de una importante activista cultural. “Lógico -casi interrumpe mi reflexión- Tiene que ver con mi educación, porque pertenezco a una saga de actores que hacía activismo cultural en plena dictadura. Me he educado en la importancia de la palabra, del arte, la literatura, la danza… Y me gusta recordar también que Televisión Española decidió hace mucho tiempo poner en valor la cultura y conservar contra viento y marea esos rincones culturales, gobernando quien gobernara”.

Ch.I.- ¿Ha contribuido “Versión Española” a que amemos más nuestro cine?

C.G.C.- Yo tengo la sensación de que la gente ha aprendido a ver cine español de otra manera, les hemos contado por qué se han hecho las películas, quién hay detrás…; además, al ser programas temáticos, son importantes los debates que realizamos después, porque el cine es el testimonio de un país en un momento dado, cómo son sus generaciones, cuáles sus inquietudes. Esto se puede aplicar también a la literatura y el teatro, porque las artes escénicas influyen en el cambio social, y hay textos que lo hacen especialmente y que conducen a la gente a reflexionar.

Eso es justamente lo que ocurre con #PuertasAbiertas, la obra de Emma Riverola, dirigida por Abel Folk que está representando con Ayoub El Hilali, que estará de gira por todo el país hasta mayo o junio. Da cuenta Cayetana de su emoción por el teatro y por este texto que aborda la realidad, los prejuicios y el estigma del terrorismo islamista, porque “sabes que estás sacudiendo al espectador. Porque es la palabra transformadora. En una sociedad tan polarizada como la nuestra, hay que abrazar la diferencia, escuchar al otro, una escucha activa, sin juicios paralelos, sin prejuicios. Eso ocurre por ejemplo con la islamofobia; Ayoub, el actor que trabaja conmigo es catalán de origen marroquí, con una gran formación, cinco carreras… Hay que luchar por una inclusión real, sin etiquetas, sin estigmas…”.

Ch.I.- Ya que hablamos de etiquetas, ¿qué piensas de las que ponen a las mujeres a partir de los cincuenta?

C.G.C.- Cada vez somos más conscientes de que los cincuenta no son los de antes, son como los cuarenta, en la forma física, en la capacidad… No soporto el edadismo, por ejemplo cuando escriben sobre una mujer y entre paréntesis ponen su fecha de nacimiento. A partir de ahí, el lector tiene ese dato, que le afecta, ya lee la entrevista con el filtro de la edad.

Ch.I.- ¿Tú eres muy de redes de mujeres?

C.G.C.- Yo creo que hay una gran telaraña de ayuda entre mujeres. Me encanta tener mujeres fantásticas a mi alrededor. Cuanto más guapas y competentes sean mis amigas, mejor para mí; me encanta que brillen. Hay que rodearse de gente que te estimula y estimular. Me fascina la mujer, nuestra capacidad para levantar, para levantarnos, todo pasa por nosotras en la casa, pero además ocupamos puestos de decisión e intentamos siempre estar a la altura. Cada una de nosotras es como una pequeña historia de fascinación. Y creo que vamos evolucionando muy bien. Llevamos muy poco tiempo en primera línea. Pienso por ejemplo en mi madre, porque mis derechos y libertades ya los tengo, pero siempre me pregunto cómo lo hizo, cómo consiguió estar siempre trabajando a tope y con sus tres hijos.

Ch.I.- ¿Quién es la persona que más te ha influido en la vida?

C.G.C.- Mi padre y mi madre. Primero lo fue mi padre, que fíjate que ya ha hecho nueve de su muerte. Él fue quien me puso los libros en la mano, a veces con un contenido intelectual superior incluso al que una niña podía asimilar. A él le debo el amor por la literatura y la palabra. Pero estos últimos años ha crecido mi reconocimiento por mi madre, porque de alguna manera ella se reconoce en mí y yo en ella. Es la persona que mejor me comprende en el mundo, en profundidad.

Como su familia, Cayetana no deja de trabajar. Pero en su caso, actriz, periodista y presentadora… te preguntas por la actividad que le hace más feliz y ella defiende la “diversificación, que me ha dado la vida. Siempre estoy generando. Siempre estoy con gente creativa y nunca estoy parada ni he estado nunca. Aunque como más feliz soy es con la interpretación, también lo soy en mi camino de dignificar la cultura; es mi latido, me siento útil y me siento feliz”.

Ch.I.- A pesar de trabajar todos los días, entiendo que valoras tu ocio y supongo que lo dedicas a las series y al cine…

C.G.C.- No abandono nada las películas, aunque me encanta la ficción y las series se han convertido incluso en un lenguaje para compartir con amigos.

Y Cayetana se atreve a recomendarme una serie, Atrapados, que empezó a ver fascinada por un viaje que hizo a Islandia y recordando aquel paisaje en el que se desarrolla. Pero también una película, mejor dicho dos: Maixabel El buen patrón

*Imagen principal: cortesía de Omar Ayasshi