París. Verano de 2025. Un edificio del siglo XVII acoge una de las despedidas más comentadas (y admiradas) de la moda contemporánea. Demna —el diseñador que desestructuró, provocó, resignificó y elevó el imaginario de Balenciaga— cierra una etapa. Y lo hace a su manera: con una exposición-retrospectiva que es más manifiesto que homenaje, más archivo vivo que resumen nostálgico.

Del 26 de junio al 9 de julio, en la histórica sede de Kering en la rue de Sèvres, el creador georgiano presenta Balenciaga by Demna, una muestra que recoge diez años de transformación radical. Y también de preguntas necesarias sobre qué es lujo, qué es moda, y por qué ya no significan lo mismo.

101 piezas para entender a Demna

La exposición no sigue un orden cronológico. Sigue un hilo conceptual: el del propio diseñador, que ha elegido personalmente 101 piezas que encapsulan su mirada. Desde prendas únicas hasta accesorios y calzado, pasando por siluetas completas y reinterpretaciones de archivo, la muestra ofrece un recorrido por sus 30 colecciones en Balenciaga.

Hay préstamos del Palais Galliera, esculturas hiperrealistas de modelos que lucieron los looks originales, estructuras a medida e instalaciones artísticas que elevan la moda a performance permanente.

¿El punto de partida? Las invitaciones de sus desfiles. Objetos que ya anticipaban —con ironía, minimalismo o puro exceso— lo que vendría en pasarela.

El universo Demna, sin filtro

Lo que aquí se expone no es solo ropa. Es un sistema de pensamiento:

  • Proporciones extremas.
  • Trompe-l’oeils y guiños al ready-made.
  • Upcycling, reciclaje simbólico y literal.
  • Reescrituras de los códigos de Cristóbal Balenciaga desde un lenguaje punk y conceptual.
  • Y, sobre todo, una obsesión por el guardarropa contemporáneo real: lo que se lleva, cómo se lleva, y qué dice de quienes lo visten.

Una experiencia inmersiva y muy personal

Cincuenta de las piezas expuestas incluyen audio guía con narraciones del propio Demna. Es su voz la que explica el proceso, la intención, el conflicto.
El resultado: un recorrido íntimo, como si visitaras su atelier, pero en versión escenografía emocional.

Moda o arte: ambas

Algunas piezas se presentan como obras artísticas en colaboración con creadores vinculados al proyecto Balenciaga Art in Stores. Entre ellas, destaca la reinterpretación del icónico look de Demna en la colección Red Carpet Summer 22 —convertido por el artista Mark Jenkins en una de sus esculturas humanoides—.

Y seis accesorios que se integran en la serie Timeless Symbols de Andrew J. Greene, girando lentamente sobre estructuras de acero pulido, como tótems de culto fashionista.

Un catálogo con vocación de revista de culto

La exposición se acompaña de un catálogo diseñado como una revista de moda: fotografías de las piezas, contenido editorial y visuales creados especialmente para la ocasión. Porque sí, incluso el archivo puede tener estética editorial.

Balenciaga by Demna no es una retrospectiva, es un espejo de la moda, del tiempo, de los discursos que se han vivido desde la pasarela y también desde la calle. Demna no se despide con un desfile, lo hace con una exposición que redefine lo que entendemos por legado. Uno que, entre ironía y crudeza, ha cambiado cómo pensamos el estilo.

Y tú puedes vivirlo. Solo necesitas registrarte en exposition.balenciaga.com.