Moda
Vivimos en una época de traumas impuestos por creencias. ¿El mayor? Generar una buena impresión y reflejar una vida perfecta. Quizá es el resultado de la era digital que continúa conquistando nuestro día a día con las redes sociales. Sin embargo, nuestros valores deben de estar bien comentados para tener clara una verdadera identidad y esencia.
Contagiar amor a otras personas resulta la tarea más fácil, pero cuando es hacia nosotros se complica. La realidad es que debemos empezar a contagiarnos, nosotros mismos, más amor. Ver más allá del reflejo en el espejo, virtudes en lugar de defectos.
Durante los últimos años, el mundo de la moda y la belleza se han volcado en hacer ruido con el movimiento body positive (la auto aceptación y el amor propio). Cada vez son más firmas y diseñadores los que se han sumado a la declaración de inclusión —esto quiere decir aceptar todo tipo de estándares de belleza sin importar el peso, el color de piel, las arrugas o condiciones más complejas como discapacidades o malformaciones—.
Quizás la embajadora más reconocida del movimiento sea Ashley Graham, quien a través de su cuerpo ha logrado empoderar a aquellas personas etiquetadas por su figura. Entre sus lecciones más valiosas está aquella que rechaza la figura delgada como imagen de perfección.
Gracias a sus ideales, Graham fue reconocida como “modelo del año” para la semana de la moda en Nueva York en 2012, rompiendo con uno de los tabúes más grandes en la industria del modelaje que aún creía en las medidas 90-60-90.
Junto a Ashley, Winnie Harlow también es vocera de las nuevas bellezas que están conquistando las industrias de la moda y el maquillaje. Descubierta por Tyra Banks en las redes sociales, la canadiense ha encantado por su belleza innata sin censura, declarando que el vitíligo no es factor de vergüenza. Esto le ha retribuido en su carrera con exitosas campañas para Swarovski y Desigual, así como la oportunidad de participar en el video musical de Beyoncé, Lemonade.
Los ideales impuestos están evolucionando gracias a las personalidades que buscan romper con la imagen perfecta. Aunque creamos que la definición de perfección sigue siendo un vientre plano o una cara angelical, la realidad es distinta. La clave está en la aceptación de nosotros mismos.
*IMAGEN: Getty Images
