Meses. Que digo meses… años sin ponerte una mallas y ves cómo tu cuerpo ha perdido esa fuerza, esa flexibilidad que venía de serie… ¿Cómo recuperarlo? Con paciencia y antigym, un método de trabajo corporal creado por la fisioterapeuta Thérèse Bertherat, allá por los años setenta del siglo pasado.

“De pie, intenta juntar tus pies, de manera que se toquen los dedos gordos y los talones”. Así comienza la sesión, que va a durar una hora y en la que un profesional certificado te guía por el camino del conocimiento de tu cuerpo. La sala es neutra, tenuemente iluminada. No hay música. En unas cestas se guardan las pequeñas pelotas rellenas de semillas y los cojines rellenos de granos de espelta que se van a utilizar en la sesión. Solo se escucha la voz de la profesional que, con su tono calmado, va marcando los movimientos precisos, sorprendentes y extremadamente respetuosos con el cuerpo que vas a ir haciendo.

© Antigym®
© Antigym®

“Intenta girar las rodillas hacia adentro de forma que se miren, pero sin mover los pies”. En ese momento, el cuerpo comienza a despertar, poco a poco. Los músculos trabajan suavemente, sin forzar posiciones. La respiración se acompasa y acompaña el movimiento muscular.

“Túmbate en el suelo, boca arriba y abre y cierra la mandíbula”. Un gesto tan habitual y sencillo como este muestra la forma en que todas las partes de nuestro cuerpo son interdependientes. “Ahora, con los dedos índice y medio de la mano derecha empuja la mandíbula hacia abajo… Apoya bien la cabeza en el suelo y gira la cabeza a derecha e izquierda sin perder el apoyo… Con el pie apoyado en el suelo, intenta mover los dedos a la izquierda… Ahora a la derecha… Separa el dedo meñique… Haz respiraciones profundas y, al expulsar el aire, el ombligo quiere ir a saludar a la espalda…”. Con la antigimnasia, es posible aliviar la nuca trabajando los pies y viceversa; notas como simplemente respirando la espalda va perdiendo la rigidez, como tu cuerpo siente la ley de la gravedad y está firmemente asentado en el suelo.

© Antigym®
© Antigym®

“La antigimnasia es una actividad para todos, da igual la edad y la condición física. Cada uno hace los movimientos a su ritmo en función de sus posibilidades en ese momento y sin buscar rendimiento alguno”, explica Carmen García, profesional cualificada de este método. Contrariamente a lo que siempre hemos escuchado sobre la necesidad de fortalecer nuestra espalda, esta disciplina busca “alargar ese tigre que, como escribe Thérèse Bertherat, todos tenemos en la espalda”, cuenta Carmen. El tigre son todos los músculos situados en la parte posterior del cuerpo que una cadena sin fisuras, sólida y coherente, y que provoca dolor cuando esos músculos están tan apretados que impiden moverse a los músculos delanteros.

Ha pasado una hora en la que el cuerpo se ha ido liberando de tensiones. Qué gusto estar relajado… ¡Por favor, que la sesión no termine nunca!

  • Puedes practicarlo en: Espacio Antigym Triángulo del Arte (C/ Fuenterrabía, 9. Local 5 – Madrid).