Hay aromas que anuncian la Navidad mejor que cualquier villancico. El del jengibre recién horneado, mezclado con canela y azúcar moreno, es uno de ellos. Preparar galletas de jengibre no es solo una receta: es un ritual de invierno, una excusa perfecta para bajar el ritmo, encender el horno y llenar la casa de calidez.

Crujientes por fuera, ligeramente tiernas por dentro y con ese punto especiado que reconforta, estas galletas son un clásico que nunca falla. Y sí, también son el mejor regalo homemade que puedes hacer estas fiestas.

Ingredientes (para unas 25–30 galletas)

Sencillos, de despensa básica y muy navideños:

  • 350 g de harina de trigo
  • 150 g de mantequilla sin sal (a temperatura ambiente)
  • 150 g de azúcar moreno
  • 1 huevo tamaño L
  • 1 cucharadita de jengibre en polvo
  • 1 cucharadita de canela en polvo
  • ½ cucharadita de nuez moscada
  • 1 cucharadita de bicarbonato
  • 1 pizca de sal
  • 3 cucharadas de miel o melaza
  • 1 cucharadita de extracto de vainilla

Tip pro: la melaza aporta un sabor más profundo y oscuro; si no tienes, la miel funciona perfectamente.

Paso a paso: así se hacen las galletas de jengibre perfectas

1. La base: mantequilla y azúcar

En un bol amplio, bate la mantequilla con el azúcar moreno hasta obtener una mezcla cremosa y ligeramente aireada. Este paso es clave para lograr una textura equilibrada.

👉 Truco: no tengas prisa. Un buen batido aquí marca la diferencia.

2. El toque húmedo

Añade el huevo, la miel (o melaza) y la vainilla. Mezcla hasta integrar por completo. La masa empezará a adquirir ese tono cálido tan característico.

3. Las especias, protagonistas

En otro bol, mezcla la harina, el bicarbonato, la sal y todas las especias. Incorpora poco a poco esta mezcla seca al bol principal hasta formar una masa homogénea, suave y ligeramente pegajosa.

4. Reposo imprescindible

Forma una bola, envuélvela en film y deja reposar en la nevera al menos 1 hora (mejor si son 2). Este reposo intensifica el sabor, facilita el estirado y evita que las galletas se deformen al hornear

5. Dar forma

Precalienta el horno a 180 °C. Extiende la masa sobre una superficie ligeramente enharinada hasta que tenga unos 4–5 mm de grosor. Corta con moldes navideños: estrellas, corazones, muñecos, árboles… Coloca las galletas sobre una bandeja con papel de horno, dejando espacio entre ellas.

6. Al horno

Hornea durante 8–10 minutos. El truco está en sacarlas cuando los bordes estén firmes pero el centro aún algo tierno: al enfriarse se endurecerán lo justo. Déjalas reposar 5 minutos en la bandeja y luego pásalas a una rejilla.

7. El toque final (opcional, pero muy festivo)

Si quieres elevarlas un punto más:

  • Glaseado sencillo: mezcla azúcar glas con unas gotas de limón o agua y decora con manga o cucharilla.
  • Espolvoreado elegante: un poco de azúcar glas justo antes de servir.
  • Versión gourmet: baña una mitad en chocolate negro fundido y deja secar.

Cómo conservarlas (o regalarlas)

  • Se conservan perfectamente hasta 10 días en una caja metálica hermética.
  • Son ideales para regalar envueltas en papel vegetal, atadas con cuerda natural o cinta de terciopelo.
  • Acompáñalas de una nota escrita a mano: detalle pequeño, impacto máximo.

Hacer galletas de jengibre es uno de esos gestos que resumen la Navidad: tiempo, cuidado y placer compartido. No se trata de que queden perfectas, sino de que huelan a hogar, a tarde lenta y a invierno bonito.

Porque al final, las mejores recetas no son solo las que se comen… Son las que se recuerdan.

*Imágenes: Pexels