Llegamos cuando el sol empieza a bajar y el puerto cambia de color. El mar está en calma y el paseo del Postiguet, justo al lado, marca ese ritmo vivo pero pausado que solo existe en las ciudades que saben convivir con el agua. Aquí, entre la playa y el puerto, INNSiDE Alicante Porta Maris celebra su reapertura oficial y no nos lo podíamos perder.

La primera sensación es de calma inmediata. Brisa marina, luz dorada, conversaciones que se mezclan con el tintinear lejano de los mástiles del puerto. El hotel, uno de los nombres más reconocibles del frente marítimo de Alicante, inicia ahora una nueva etapa bajo la marca INNSiDE by Meliá, en una inauguración que consigue equilibrar celebración y naturalidad sin perder un ápice de intención.

Entramos y tenemos la sensación de estar en un lugar conocido, pero distinto. La transformación es evidente. Sabemos que la remodelación se ha desarrollado por fases durante casi dos años, con una renovación profunda de la envolvente del edificio, mejoras estructurales y una actualización completa del interiorismo. Y aunque el hotel, con esta nueva cara, lleva funcionando desde mayo, esta inauguración actúa como el gesto simbólico que cierra el proceso y abre un nuevo capítulo.

El arte como carta de bienvenida

En uno de los espacios comunes encontramos al artista alicantino Antonyo Marest pintando en directo. Su estudio, especialmente preparado para la ocasión —entre lienzos, aerógrafos y pinceles—, parece formar parte natural del hotel. Y en cierto modo así es, porque más tarde descubrimos pinceladas suyas repartidas por todo el recinto, integradas en el relato visual del espacio.

El arte no actúa aquí como mero adorno, sino como identidad propia: una forma de dar la bienvenida y de anclar esta nueva etapa al territorio.

la música como hilo conductor

Seguimos avanzando por el espacio y la música aparece casi sin aviso. Un grupo de jazz comienza a tocar desde la zona de la piscina panorámica. Más tarde, un DJ toma el relevo con una sesión contemporánea, pensada para mantener el pulso sin romper la calma.

Nos acercamos a la piscina. Desde aquí, la vista se abre al puerto y a la bahía. Entendemos por qué este espacio se convierte en el centro natural de la velada. La luz del atardecer se refleja en el agua, las conversaciones se agrupan y se dispersan, las copas llegan sin urgencia. Alicante observa la escena con familiaridad, como reconociendo al edificio de siempre en su nueva etapa.

el turno de las palabras

Entre los asistentes se encuentran representantes del sector turístico, empresarial y cultural de la ciudad. También están Gabriel Escarrer Jaume, presidente y consejero delegado de Meliá Hotels International, y Luis Barcala, alcalde de Alicante.

Escarrer habla del compromiso de Meliá con la transformación de los destinos turísticos españoles y del papel de INNSiDE by Meliá como una de las marcas lifestyle con mayor crecimiento del grupo, orientada a viajeros curiosos que buscan experiencias auténticas en enclaves icónicos. Nos sentimos interpelados por ese discurso: es, en esencia, el tipo de viaje que buscamos contar en Grazia. Barcala, por su parte, subraya la importancia del turismo para Alicante, su peso en la economía local y la apuesta por un crecimiento sostenible y desestacionalizado.

Escuchamos, tomamos notas mentales, pero lo que más nos interesa es cómo esas palabras se reflejan en lo que estamos viendo. El hotel se ha convertido en un lugar que ha sabido actualizarse sin perder su relación con la ciudad.

un hotel que se deja recorrer

A lo largo de la noche nos movemos por los distintos espacios. El restaurante COR Restaurant & Lounge deja entrever su propuesta gastronómica basada en el producto local y los arroces alicantinos. Junto a la piscina, SIDERAL confirma su vocación de mirador al atardecer y el pool bar aporta un tono más desenfadado.

El hotel cuenta ahora con 180 habitaciones completamente actualizadas, todas con vistas a la bahía; dos piscinas exteriores; Halo Spa; gimnasio InFit; y 11 salas de reuniones con capacidad para hasta 360 personas. 

el equilibrio encontrado

A medida que avanza la velada, la inauguración confirma su intención, ya anticipada en el concepto “Sea Breeze, Yes Please”: dejar que el entorno marque el tono. Hay coherencia, calma y una sensación compartida de que este lugar ha encontrado su nuevo equilibrio.

Cuando abandonamos el hotel, la noche ya se ha instalado sobre la bahía y el puerto sigue despierto. Sabemos que esta inauguración no es un punto final, sino un punto y seguido. Nos quedamos unos días más, con tiempo, para descubrir todo lo que este renovado Porta Maris guarda puertas adentro. Pero eso, como las buenas historias, merece contarse sin prisa. Será en otro momento. En otro artículo.

¿Dónde? Pl. Prta del Mar, 3, 03002 Alicante

*Imágenes: cortesía