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El embarazo es una etapa llena de ilusión, pero también de cambios profundos que no siempre resultan fáciles de aceptar. El cuerpo se transforma para dar vida y, con ello, aparecen dudas, inseguridades y emociones que pueden descolocarnos. Aumento de peso, retención de líquidos o cambios en la piel son solo algunos de los efectos que afectan a la autoimagen y generan miedos nuevos.
Como explica Laura Jorge, dietista-nutricionista y fundadora del Centro de Nutrición, Psicología y Salud que lleva su nombre, “durante el embarazo nuestro cuerpo hace cosas maravillosas, pero también sufre muchos cambios que no siempre son fáciles de aceptar”.
Los miedos más frecuentes en el embarazo
Los cambios físicos que acompañan al embarazo pueden despertar dudas y temores que hasta ese momento no existían. Reconocerlos es el primer paso para afrontarlos con calma.
Uno de los más habituales es el miedo a ganar demasiado peso. Muchas mujeres se sienten fuera de control al ver cómo cambia la báscula. Sin embargo, como aclara Laura Jorge, “el aumento del peso durante el embarazo es algo totalmente normal y no significa descontrol. Es adaptación. Estás aumentando lo que tu cuerpo necesita”.
Otra sensación común es la de no reconocerse frente al espejo. El reflejo muestra una versión distinta de una misma, y eso puede generar rechazo o tristeza. Para Laura, es fundamental cambiar el enfoque: “no se trata de volver a la de antes, sino de abrazar a la de ahora. Estás conociendo una nueva versión de ti”.
También está la idea de que durante esta etapa hay que mostrarse siempre feliz. La realidad es que no todos los días son fáciles ni todas las emociones son positivas. En palabras de Laura, “aceptar tu cuerpo también es permitirte sentir sin juzgarte. Está bien tener días difíciles”.
Por último, algunas mujeres sienten miedo a parecer superficiales si se cuidan demasiado por fuera. Frente a esto, Laura recuerda que “cuidarte es un acto de amor. Puedes nutrirte por dentro y por fuera sin culpa”.
Para reforzar la autoestima y sobrellevar estos miedos, Laura propone varias claves prácticas:
- “Aceptar y abrazar los cambios físicos, ya que la presión estética a la que nos enfrentamos las mujeres puede mermar nuestra autoimagen”.
- “Cuidar el diálogo interno: es muy complicado que algo a lo que insultas pueda brillar con luz propia”.
- “Pedir ayuda y validar cualquier emoción o pensamiento que aparezca. En vez de juzgar los pensamientos intrusivos, hay que intentar comprender de dónde vienen”.
- “Hacer actividades que nutran el bienestar”.
- “Existen profesionales cualificados para trabajar todos los conflictos que pueden surgir en esta etapa. Iniciar terapia en este proceso puede ser crucial para muchas mujeres”.
Alimentación consciente durante el embarazo
Además de aceptar los cambios físicos y emocionales, la forma de alimentarse puede marcar la diferencia en cómo se vive esta etapa. Mantener una relación sana con la comida ayuda no solo al bienestar físico, sino también a sentirse más en calma con uno mismo.
Laura Jorge recalca que “lo importante y de base en el embarazo es llevar una alimentación saludable y segura. Es muy importante que sea segura para el bebé, y por ello hay que tener en cuenta determinadas medidas de manipulación higiénica de los alimentos y técnicas culinarias, así como alimentos que no se deben consumir”.
Las recomendaciones, explica, varían según el trimestre y la situación de cada mujer, pero a grandes rasgos:
Primer trimestre: “No hay cambios importantes con respecto a una mujer no gestante, pero sí es clave asegurar un correcto aporte de macronutrientes y priorizar frutas, verduras, cereales integrales, legumbres, proteínas, lácteos y grasas saludables. En esta etapa aumentan las necesidades de hierro, folato, selenio, yodo y omega 3”.
Segundo trimestre: “Los nutrientes que no puedes perder de vista son proteínas, omega 3, vitamina D y zinc”.
Tercer trimestre: “Se estima que el aumento energético es de entre 350 y 500 kcal al día, aunque esto es genérico y no puede extrapolarse a todas las mujeres ni a todos los días. En esta etapa no deben faltar la fibra, el magnesio, la vitamina K y la vitamina C”.
Laura recuerda que cada embarazo es único y que “es una etapa muy importante para la mamá y que influye directamente en la salud del bebé, por lo que es conveniente acudir al nutricionista para seguir pautas adecuadas y personalizadas. Y si no estamos disfrutando de esta etapa por los cambios corporales, se puede buscar acompañamiento psicológico”.
*Imágenes: Pexels