Desde que decidieron dar el paso definitivo en su historia de amor con una boda íntima y secreta en Las Vegas en febrero de 2017, María Valverde y Gustavo Dudamel han construido una relación estable, basada en proyectos compartidos. Aunque María, actriz madrileña, y Gustavo, maestro de orquesta venezolano, prefieren mantener su vida privada lejos de los reflectores, cada aparición pública revela lo sólida y armoniosa que es su unión.

Con más de ocho años de matrimonio, la pareja ha sabido combinar con maestría su vida personal y profesional. Gustavo tomó la decisión en 2023 de renunciar a su cargo como director musical de la Ópera de París para priorizar a su familia, lo que refleja una clara elección por el equilibrio entre su prestigiosa carrera y su compromiso afectivo en casa. María, por su parte, ha aprendido a ser madre del hijo de Gustavo con naturalidad y cariño, una faceta que ha descrito con orgullo: “creo que soy bastante buena madrastra. Tengo mucha suerte de tener a Martín”, dijo en una entrevista sobre el hijo que Gustavo tuvo en su anterior matrimonio con Eloísa Maturén.

Su complicidad se traduce también en proyectos creativos juntos. En 2019 colaboraron en la ópera “El sueño de una noche de verano”, con María como narradora en español, y recientemente han protagonizado el documental El canto en las manos (Song of the Hands), una obra profundamente personal dirigida por ella y protagonizada por jóvenes músicos sordos bajo la batuta de Gustavo. 

En julio de 2025, en el cierre de temporada del Gran Teatro del Liceu de Barcelona, María ratificó ante la prensa su apoyo incondicional: “siempre” está al lado de Gustavo y dijo sentirse “muy bien y muy contenta” por su trabajo, al que él respondió con gratitud, reflejando el respeto mutuo que ambos han cultivado desde el inicio.

La última aparición juntos ha sido este mes durante la clausura de la 15ª edición del Atlàntida Film Fest, en Mallorca, España, donde se les ha visto más cariñosos que nunca.