En la pasarela más esperada de París, Dior presentó su colección Primavera-Verano 2026 para hombre, marcando el debut de Jonathan Anderson como director creativo.

El resultado fue una auténtica declaración de intenciones: no solo vestir al hombre contemporáneo, sino replantear por completo qué significa hacerlo con estilo, memoria y libertad.

Desde los primeros looks, quedó claro que Anderson vino a jugar. Chalecos sobre jeans, corbatas llevadas al revés, cuellos con lazo sin camisa y pantalones remangados que dejaban ver calcetines con zapatos fluorescentes. Una silueta inesperada y elegante, con guiños a la tradición, pero decididamente rebelde.

El espacio del desfile, inspirado en museos antiguos, sirvió de metáfora perfecta: un lugar donde el pasado no se contempla con nostalgia, sino que se reescribe con atrevimiento. Todo, desde la música hasta la puesta en escena, evocaba ese espíritu lúdico e inteligente con el que Anderson propone acercarse a la ropa.

Más allá de los looks, lo que impacta es la filosofía que subyace. Esta colección no busca imponer tendencias, sino activar preguntas: ¿cómo vestimos? ¿Por qué seguimos ciertas reglas? ¿Y qué pasa cuando las rompemos con gracia?

Los códigos del traje masculino se desmontan y reconstruyen con ligereza. Aparecen referencias al siglo XVIII fracs, chalecos, bordados, pero también a lo urbano y lo juvenil: jeans relajados, bermudas oversize, tenis planos. El contraste es intencionado. Aquí, lo clásico no se niega: se transforma, se humaniza, se ironiza.

Al mismo tiempo, se rinde homenaje al legado de Monsieur Dior. Detalles como rosas bordadas, charms inspirados en el rococó, y la reinvención de bolsos emblemáticos desde el Lady Dior hasta el Book Tote convertido en portada de novela, dialogan con el presente sin perder su carga emocional.

El mensaje final es claro: el estilo no es una fórmula cerrada, sino un acto de imaginación constante. Vestirse puede ser también pensar, narrar, incluso reinventarse. Anderson lo expresa sin solemnidad, con una frescura que conecta con la espontaneidad juvenil y el placer de probar, combinar y cambiar.

Con esta colección, Dior no solo propone una nueva silueta masculina, sino una nueva actitud. Una que honra el pasado, pero vive en el ahora. Una que entiende que, en moda, como en la vida, lo más elegante es atreverse.

*Imágenes: cortesía